2 de marzo de 2010

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Camino de la Cruz
Cuarta Estación
Jesús Encuentra a su Madre



«Vosotros,
todos los que pasáis por el camino,
mirad y ved
si hay dolor semejante
al dolor que me atormenta»
(Lm 1,12)


Se ha abierto paso en las filas
una doliente Mujer.
Tu Madre te quiere ver
retratado en sus pupilas.
Lento, tu mirar destilas,
le hablas y la consuelas.
¡Cómo se rasgan las telas
de ese doble corazón!
¡Quién medirá la pasión
de esas dos almas gemelas!
¿Cuándo en el mundo se ha visto
tal escena de agonía?
Cristo llora por María.
María llora por Cristo.
¿Y yo, firme, lo resisto?
¿Mi alma ha de quedar ajena?
Nazareno, Nazarena,
dadme siquiera una poca
de esa doble pena loca,
que quiero penar mi pena.


Señor, por cargar la cruz
ni siquiera pudiste abrazar a tu Madre.
Deja que yo la abrace y le diga
lo
que esa tarde de Viernes no pudiste;
deja que le entregue todo el corazón,
para consolar su angustia, para mitigar su pena.
Por cargar la cruz
tus pupilas sólo acariciaron el rostro de tu Madre.

Permite que mis ojos sólo vean
la
grandeza de tu amor y la ternura de María.

Que mis ojos descubran tu presencia
donde quiera que haya ausencia y abandono.
Versos, Gerardo Diego
Reflexión, Santiago Soto Obrador
Mater Dolorosa, óleo de Tiziano, Museo del Prado, Madrid
Via Crucis 4ª Estación, Sainte-Anne-de-Beaupré, Québec, Canada
Montaje: Ana Dolores García
Serie/Cuaresma 2009
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