El héroe español de Cascorro
Eloy Gonzalo García, llamado
por los españoles “El Héroe de Cascorro”,
nació en Malaguilla, pueblo de Guadalajara, España, el 1 de diciembre de 1868. Se crió en la inclusa de Madrid y de joven se
enlistó en el Ejército Español. Fue destinado al Regimiento de Infantería
María Cristina núm. 63, en la localidad de Puerto Príncipe, en la provincia de
Camagüey, Cuba, adonde llegó en noviembre de 1895.
El 22 de septiembre de 1896 una partida de
insurrectos cubanos al mando de Máximo Gómez y Calixto García cercó la pequeña
población de Cascorro, no lejos de Puerto Príncipe. La situación del
destacamento español se hizo tan comprometida que la única solución era volar
un bohío desde el cual causaban graves daños a la guarnición.
Eloy Gonzalo se presentó voluntario para prender
fuego a la posición de los insurrectos cubanos. Dice la leyenda que pidió ser
atado con una cuerda para que, si caía, su cuerpo pudiera ser recuperado. Así,
armado con su fusil y con una lata de petróleo, y atado con una cuerda, se
deslizó hacia las posiciones insurrectas, prendiéndoles fuego y regresando
indemne a su posición, la cual fue liberada pocos días después por una columna
española.
Eloy Gonzalo tomó parte en más acciones
militares, siendo condecorado con la Cruz de Plata al Mérito Militar, y murió en
el Hospital Militar de Matanzas el 18 de junio de 1897 a consecuencia de una
enfermedad. Sus restos fueron repatriados y reposan en un mausoleo del
Cementerio de la Almudena de Madrid junto a los de otros soldados
españoles durante los conflictos de Cuba
y Filipinas.
El renombre del "héroe de
Cascorro" se hizo muy popular en España en la figura de Eloy Gonzalo, probablemente
por su condición de expósito y por la necesidad de exaltar un rasgo de heroísmo
individual en una guerra.
En el mismo año 1897 el Ayuntamiento de Madrid
decidió homenajear a este héroe. Para ello, le dedicó una calle (la calle de
Eloy Gonzalo) y ordenó levantar una estatua en la que actualmente se llama plaza de Cascorro, y que cada
domingo es invadida por las casetas del “Rastro” de Madrid y los numerosos
pescadores de gangas que la visitan.
La estatua fue desvelada en 1902 por el rey
Alfonso XIII. Se trata de una estatua tremendamente descriptiva, que muestra a
un soldado común, rifle al hombro, llevando una soga y una lata de petróleo. En
el acerbo popular español, sobre todo entre los madrileños, ha quedado una
frase: “¡Das mas lata que Cascorro!”.
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