ALSA
90 años
sobre ruedas
Cuando en 1923 se creó Automóviles Luarca S. A.
con un capital de 70,000 pesetas, sus fundadores poco podían imaginar que
acabaría convirtiéndose en la mayor empresa de autobuses de España. Hoy, la
flota de ALSA, formada por más de 2,300 vehículos, recorre anualmente 330
millones de kilómetros para dar servicio a más de 144 millones de pasajeros,
y la compañía tiene presencia en la mayor parte de países de la Unión Europea y
el Norte de África.
Los orígenes del actual grupo se remontan a finales
del XIX, cuando se creó en la localidad asturiana de Luarca la compañía de
diligencias “La Ferrocarrilana”, que alardeaba de ser capaz de cubrir la
distancia con Oviedo (90 kilómetros) en apenas 15 horas. Posteriormente, en
1899, la empresa, renombrada “El Luarca, automóviles de viajeros”, sería capaz
de recortar esta distancia a ocho horas gracias a la incorporación de un
importantísimo avance: los primeros coches de vapor. El siguiente gran salto
tecnológico llegaría en junio de 1916, con la compra de un coche de motor de
gasolina.
Durante los siguientes años la compañía seguiría
expandiéndose y especializándose en el transporte de viajeros. Sin embargo, la
verdadera edad dorada del grupo comenzaría a partir de 1960, cuando ALSA absorbe
los activos de la Empresa Cosmen, especializada en transportes,
gestionada por una familia, los Cosmen, ligados al transporte desde hace más de
tres siglos.
Los primeros datos escritos de las actividades de
la familia se remontan a 1728, cuando Melchor Gaspar de Jovellanos citó
en sus escritos a Juan Cosmen, que entonces regentaba un pequeño negocio de
hospedería y caballos heredado de sus antepasados. En 1917 otro Cosmen,
Secundino, funda en Cangas de Narcea La Popular, SA. Tras la absorción de 1960,
José Cosmen Adelaida comenzó a comprar paquetes accionariales hasta que logró
adquirir la mayoría del capital social.
Con José Cosmen al frente, AlSA comienza una
expansión imparable. En 1964, en pleno apogeo de la emigración a Europa, la
compañía inaugura su primera ruta internacional: Oviedo-París-Bruselas y, el
mismo año, el servicio regular Asturias-Madrid, como paso previo a la expansión
a Portugal y Suiza.
El siguiente salto, en 1984, será mucho mayor: la
República Popular China. Con la creación de una empresa mixta para la
explotación de taxis en Shenzhen, al sureste del país, la compañía asturiana se
convertía en una de las primeras empresas occidentales en invertir en el
gigante asiático. Posteriormente, en 1999, ALSA cruzará el Estrecho de Gibraltar
al asumir el transporte urbano de Marrakech, en Marruecos.
Paralelamente la empresa se dedicaría a afianzar
su liderazgo en el mercado español. También en 1999 adquiere la empresa pública
Enatcar, y en 2007 se hace con su competidor directo, el Grupo
Continental Auto, por entonces segundo operador nacional de transporte de
viajeros por carretera.
Poco antes, en 2005, había culminado la fusión
con el operador británico National Express para crear un coloso europeo del
transporte rodado. Ese año se separaron también los destinos de ALSA y ALSA
China, que actualmente se gestionan de forma separada. Ambas, sin embargo,
mantienen algo en común: hay un Cosmen en su cúspide, ambos hijos de José. En
la española, Jorge. Y en la china, Andrés.
Éste último fue el encargado de
cortar, el pasado martes, la cinta inaugural de una nueva central de
transportes de Tianjin, que dará
servicio a la tercera mayor ciudad de China, y el —por ahora— último
destino de este gigante nacido en Asturias.
Reproducido de abc.es, Madrid
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