Los gallos y gallinas de Cayo Hueso
En Cayo Hueso se ven gallos y gallinas por las
aceras, las calles, los jardines, los parques, y prácticamente en todas partes.
Para algunas personas, como los turistas, son un aporte simpático a la
peculiaridad del encantador Cayo Hueso, pero para algunos residentes han
llegado al punto de ser considerados una verdadera plaga.
Hay una
historia que trata de explicar de dónde provienen estos gallos y gallinas. Se
dice su presencia en las calles fue originada por una protesta de los cubanos que
vivieron en ese cayo hace ya siglos.
A lo largo del siglo XIX, muchos cubanos se exiliaron en Cayo Hueso por motivos políticos
y otra gran parte por razones económicas, ya que durante ese siglo se abrieron
en el Cayo importantes factorías de tabaco e incluso fueron trasladadas a allí otras
ya existentes en La Habana debido a las desfavorables imposiciones económicas del gobierno de la corona española.
Muchos de aquellos cubanos viajaron con sus
gallos de pelea, -de las que eran buenos aficionados-, y al llegar a Cayo Hueso descubrían
que las mismas estaban prohibidas por las autoridades norteamericanas. Entonces en protesta, o porque no sabían qué hacer con ellos, soltaban los gallos.
De acuerdo a esta historia los gallos y gallinas que
vemos en cualquier calle de Cayo Hueso
son los descendientes de los que fueron traídos por los cubanos. En muchos de ellos se puede notar aún ese aire
de “gallos finos”, por sus características físicas y plumaje brillante propios de los gallos de pelea. Deambulan sin dueño en
completa libertad y han terminado por ser contados entre los detalles típicos
que ofrece Key West a sus turistas.
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