30 de mayo de 2013

RODOLFO VALENTINO



 RODOLFO VALENTINO

 El primer mito erótico del cine, cuyo verdadero nombre fue Rodolfo Pietro Filiberto Raffaelo Guglielmi di Valentina, nació el 6 de mayo en 1895, en Castellaneta, provincia de Taranto, Italia. Sus padre era italiano y su madre de origen francés.   Fueron cuatro hermanos y él era el segundo y, según las tantas biografías que hay de él, desde niño manifestó un carácter soñador y rebelde, lo que lo hizo ser más apegado a la madre que al padre, por afinidad de caracteres.

De pequeño, Valentino fue un niño mimado y problemático. Mal estudiante, solía saltarse las clases siempre que podía. En 1912  viajó a París pero en menos de un año estaba de regreso en Italia después de haber dilapidado el dinero que había llevado.  La familia entonces decidió enviarlo a Estados Unidos a probar fortuna.  

Llegó a Nueva york en 1913, y desempeñó un sinfín de oficios desde jardinero hasta gigoló, pasando por camarero y bailarín. Al baile le siguió el teatro, sin mayor éxito. Poco a poco hizo amistades entre la alta sociedad, y atrajo la atención de la heredera chilena Blanca de Saulles. No es seguro que tuvieran una relación, pero poco después de Saulles se divorció de su marido alegando la infidelidad de éste y fue respaldada por Valentino. Al final, el propio Valentino se vio envuelto en el escandaloso divorcio que acabó con Blanca asesinando a su marido de un disparo.

Decidió trasladarse a Hollywood y cambiar su nombre de Rodolfo Guglielmi por el de Rodolfo Valentino, en parte para dejar atrás lo sucedido con la heredera chilena y en parte porque a los americanos les habría resultado imposible pronunciar lo de "Guglielmi".

 Sus primeros papeles fueron de villano o gánster. El joven italiano era todo lo contrario al actor “de moda” por entonces, un Douglas Fairbanks   pálido, ojiazulado, étnicamente estadounidense. A Valentino, su exótica apostura le permitió jugar la innovadora baza de “latin lover”.

Finalmente, llamó la atención de la guionista June Mathis, quien lo juzgó perfecto para su siguiente película, “Los cuatro jinetes del Apocalipsisbasada en un libro del gran escritor español  Vicente Blasco Ibáñez. La película fue un éxito y le valió a Valentino el apodo de «piernas de tango», por una escena en ella donde aparecia bailando un tango.

Después vendrían The sheik, su personaje más icónico, y años más tarde El hijo del Sheik.  Con Sangre y arena (de tema taurino y también basado en una novela de Blasco Ibáñez), Valentino se convirtió en la mayor estrella masculina de su tiempo.

A pesar de todo, no estaba muy contento con su salario, y se embarcó en un tour de danza por los Estados Unidos junto a la bailarina Natacha Rambova. En 1919 se casó con la actriz Jean Acker, supuesta amante de la también actriz Alla Nazimova,  quien la había amenazado con destruir su carrera si la abandonaba. A este matrimonio, que no llegó a durar un mes, prosiguió la unión civil con Natacha Rambova, de la que también acabaría divorciándose. Al incumplir la ley californiana que obliga esperar un año entre divorcio y matrimonio, Valentino pasó tres días en prisión y fue puesto en libertad bajo fianza.

El 15 de agosto de 1926, Valentino fue hospitalizado en Nueva York y operado a causa de una úlcera  perforada. Justo cuando empezaba a recuperarse, la peritonitis empezó a extenderse por su cuerpo. Murió ocho días después, a la edad de 31 años.


Su fugaz pero productivo paso por la mágica industria del cine mudo, con el que se catapultó como el primer y más recordado seductor de la pantalla grande, hizo de Rodolfo Valentino toda una leyenda. Para su entierro se organizaron dos procesiones fúnebres, en Nueva York y Hollywood, seguidas por cuadras y cuadras de gente que quería ver a su ídolo por última vez antes ser sepultado en el Memorial Cementery de Los Ángeles.

Se dice que la noticia de su muerte provocó un centenar de ataques de histeria y hasta unos cuantos suicidios de jóvenes que se negaban a aceptar el tan prematuro e inesperado deceso de su fetiche romántico, que como todos los mitos de la historia contemporánea, no se salió de la regla y dejó este mundo con los años suficientes como para gozar ante nuestros ojos de la juventud eterna. Incluso hoy en día abundan los clubes de fans en su honor y se cuenta que hasta no hace mucho, una misteriosa admiradora vestida de negro dejaba una rosa en su tumba cada aniversario de su muerte.

Pero sólo se conoció a tres mujeres en la vida del actor italiano, con las cuales mantuvo inestables relaciones. La primera, Jean Acker, joven promesa del cine, a quien conoció el año 1919 en una fiesta a la que Rodolfo había sido invitado por Douglas Gerard, uno de los directores del Club Atlético de Los Ángeles, para luego de un tiempo concretar un matrimonio que sólo duró un mes.

La más influyente de todas fue Natascia Rambova, bailarina y su segunda esposa, por la que debió enfrentar un juicio por bigamia al haberse casado antes del año de separado y no respetar las leyes de California. El carácter ambicioso y dominante de la Rambova hizo que se convirtiera pronto en la que decidía cada paso en la carrera de Valentino, lo que duró hasta que la United Artists,  en una cláusula de su contrato, prohibió la intervención de ella en las elecciones artísticas del marido, terminando con su desmedida influencia y, de paso, con su matrimonio.

Pola Negri
Quien estuvo con Valentino en los últimos años de su vida, fue la actriz Pola Negri. Aunque nunca se pudo descifrar la verdad sobre el carácter de esta relación, fue ella quien hizo el papel de viuda y lloró en su entierro a quien a más de 70 años de su muerte sigue siendo el mito erótico más evocado de la historia del cine. 
Fuentes: wikipedia.org
www.escaner.cl/escaner23/cine.htm

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