CASTILLOS A LO LARGO
DEL RÍO RIN
Koblenz, Cologne, Amsterdam
Por Mayra Montes
4/6/13 Llegamos
a la ciudad de Koblenz y después de desayunar fuimos en un emocionante teleférico
a “Ehrenbreitstein Fortress” un
castillo originalmente construido en el siglo XI que luego fue ampliado y fortificado
hasta el siglo XIX cuando los Prusianos lo convirtieron en una de las
fortalezas militares más impresionantes y grandiosas de Europa. Hoy en día,
este castillo sirve para albergar restaurantes, museos, teatros… todos con propósitos
pacíficos. Desde la parte de arriba del fuerte se divisa una vista espectacular
del Valle del Rin Alto-Medio. De regreso al barco almorzamos y nos quedamos en
la habitación poniéndonos al día con los correos electrónicos y organizando las
fotos tomadas hasta ese momento.
Por la noche, fuimos a cenar
a un restaurante exclusivo ubicado a un costado de la cubierta del barco con
ventanas de cristales alrededor. Mi amiga Herminia, a través de su nueva amiga
(admiradora de sus habilidades bailables) hizo esta invitación posible. En este
restaurante tanto la cena como el servicio eran de 7 estrellas; fue un evento
de guantes blancos. El plato principal fue filet mignon acompañado por los
mejores vinos, y un mayordomo el cual visitaba todas las mesas (había solamente
10) para presentar el menú, y dos camareros
los cuales destaparon y sirvieron al unísono la cena. ¡Espectacular! Después de cenar fuimos al Gran Salón a
escuchar a una cantante de ópera en varios idiomas. Luego, bailamos al ritmo de
la música de Greg y Margaret una vez más. La noche terminó con una conga la
cual se paseó por todo el salón con varios integrantes, muchos de ellos australianos.
Este día visitamos Cologne;
estaba lloviendo y hacía mucho frío, sin embargo el guía local era tan
divertido y simpático que logró hacer todo un éxito de su recorrido por los
puntos importantes de la ciudad. El explicó que Cologne es la cuarta ciudad en
número de habitantes de Alemania después de Berlín al norte, Munich al sur,
Hamburgo al norte y Cologne al oeste. Cologne, como muchas otras ciudades en
Alemania, fue fundada por los romanos; durante su apogeo, era la segunda ciudad
más importante del Imperio Romano. La catedral es grandiosa y preciosa; dentro,
en una caja dorada detrás del altar mayor se encuentra una valiosa reliquia:
las túnicas de los Tres Reyes Magos.
A la 12:00 am partimos hacia
Amsterdam. Recorrimos por un buen rato este tramo del Río Rin, después de
almuerzo empaquetamos nuestras maletas y recogimos nuestro itinerario de
partida. A las 6:00 pm el capitán, que es oriundo de Amsterdam y está casado
con la directora del crucero, una chica Sud Africana de descendencia irlandesa,
dio un discurso de despedida. En este evento ofrecieron “canapés” de todo tipo.
Después de cenar fuimos al Grand Salón y para nuestra sorpresa, Greg y Margaret
nos habían obsequiado con un CD grabado con su música, el cual habían colocado
en nuestra mesa. Nos tomamos fotos con ellos al igual que con Madelina, la
camarera de Rumanía que nos atendió todas las noches en el Gran Salón y que le
había servido a Greg su trago de “gasolina.”
4/7/13 Hoy, el último día de
nuestro viaje en el barco, arribamos a Amsterdam temprano, desayunamos y
esperamos nuestro turno para desembarcar. En realidad todos los pasajeros teníamos
la opción de desembarcar a cualquier hora antes de las 3:00 pm. Nuestro taxi
llegó a tiempo a
la hora estipulada por nosotros (10:30 am) y nos condujo a
nuestro hotel que estaba solo a 15 minutos de distancia. Este Best Western está
ubicado muy cerca de varios puntos de interés de la ciudad. Cuando llegamos la
habitación no estaba lista por lo que decidimos ir caminando a la iglesia a
misa pues era domingo. Una vez más la misa fue en Latín y cantada, pero solo duró
una hora. La iglesia estaba repleta sobre todo de personas con ascendencia de Indonesia.
A nuestro regreso, almorzamos
en una pizzería estilo neoyorkino. La ciudad estaba en pleno bullicio, me
parecía que estaba en Manhattan, había innumerables personas hablando inglés y español,
caminando, sentadas tomando café y/o exhibiendo artesanía en las plazas.
Hablamos con un colombiano que hace más de 20 años que vive en Amsterdam, el
cual estaba exhibiendo sus cuadros. Había ciclistas por todas partes, ellos
tienen su propia senda en las aceras y hay que tener mucho cuidado para no ser
atropellado por uno de ellos.
Después de dormir una bien
merecida siesta, tomamos el “tram” y
fuimos a la estación de trenes. El “tram”
y las bicicletas controlan las calles, no los carros. De regreso al hotel
decidimos caminar; pasamos por el distrito de “red lights” donde se podían
apreciar luces rojas encendidas en la parte de afuera de los edificios si
estaban abiertos para negocio. Muchos tenían muchachas muy bellas exhibiéndose
en las vidrieras como si fueran mercancía. Luego comimos en un restaurante argentino,
¡había muchos de ellos por doquier! También compramos unos boletos (y así
evitar la colas después) para visitar el museo Hermitage y la fábrica de
cerveza Heineken.
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