28 de mayo de 2013

Isabel Guerra, la monja pintora


Autorretrato, 1967

Isabel Guerra,
la monja pintora

Isabel Guerra Peñamaría nació en Madrid el 30 de abril de 1947. Es una monja cisterciense además de  exitosa pintora.
De familia acomodada y culta, fue hija única. Empezó a pintar a los doce años, de forma autodidacta, y expuso por primera vez a los quince en la sala Toisón de Madrid. Pasaba largas horas estudiando a los grandes maestros en el Museo del Prado, frecuentando exposiciones y leyendo libros de arte.


"Tú me sondeas y me conoces"
A los 23 años ingresó  en el convento cisterciense del Monasterio de Santa Lucía en Zaragoza. Ello no le ha impedido ser miembro honorífico de la real Academia de Bellas Artes de San Luis, y Miembro Correspondiente de la real Academia de Bellas Artes y Ciencias Históricas de Toledo. Méritos no le faltan para tan altos reconocimientos.   

En sus pinturas se observa una técnica velazqueña aplicada al movimiento del hiperrealismo que tanto seduce a los artistas actuales.  Pero que en ese su hiperrealismo asoma una cierta lírica en la que se enmarca admirablemente una insistente teología mística y cristiana. Subrayada siempre por un título muy sugerente. 
 
"¡Alégrate, Él está contigo!"

Se decanta mayormente por el retrato y los bodegones, con temas sencillos que ella llama humildes y cotidianos. El cada día de mujeres campesinas o los sueños que se forjan a la llegada de la pubertad, y siempre la luz que subraya el mensaje suyo que encierra cada uno de sus cuadros. Así cumple en su obra el lema benedictino de ora et labora, "reza y trabaja”. Mensaje en su arte y arte en su mensaje, vaya lo uno por lo otro.

Sello de correos de España ilustrado por uno de sus cuadros
Su pintura, muy cotizada, ha sido vista en más de veinte exposiciones individuales y otras tantas colectivas desde 1960.   En el año 2000 una retrospectiva suya en La Lonja de Zaragoza acogió 78 óleos y dibujos, en realidad una parte mínima de su abundante producción, que fue visitada por más de 120.000 personas.

La paz del convento le ha proporcionado   tiempo suficiente como para, a más de pintar, escribir.  Así se publicó en Barcelona  El libro de la paz interior. Pinturas y mensajes (Barcelona: Syria, 2005), reflexiones, explicación de su paz interior y de cuarenta y ocho de sus cuadros. Libro que ya va  por su décima edición.

Muy probablemente a causa de su vida conventual, su fama se prodiga muy poco en los medios de comunicación y escasean sus exposiciones. Expone cada dos o tres años y a pesar del hermetismo que parece rodear su obra, sus cuadros cada vez son más cotizados. En 2004 oscilaban entre los 2.000 y 10.000 euros, aunque actualmente sus precios son bastante más elevados, alcanzando los 50.000 euros.


"También las cosas tienen su secreto"
Ante todo, se trata de una gran retratista que también pinta escenas costumbristas, bodegones y paisajes. Pero sobre todo,   Isabel Guerra ha sabido aportar un nuevo estilo a la pintura religiosa, sin mostrar las tradicionales escenas que se han ido pintando a lo largo de los siglos anteriores, consiguiendo plasmar en sus personajes -principalmente, jóvenes, mujeres y niños- una gran espiritualidad con gestos, poses y miradas en una ambientación serena y sosegada a través de sus cuadros.



Según la propia Isabel Guerra,  sus vocaciones   han corrido paralelas desde la adolescencia: fue una niña rebelde que quiso pintar y amar a Dios, y que busca al pintar... «la Belleza, la Luz, la Bondad, la Verdad y la Hermosura, con mayúsculas, de donde emana toda belleza entre nosotros. Cada cuadro tiene su propia historia, su vida, y en cada uno pone todo su corazón».

Y nos lo confiesa: «Mis lienzos buscan ser carta abierta a los hombres y mujeres de este tiempo, cuyas tumultuosas aguas forman imponente cascada que cae sobre el cauce estremecido del tercer milenio... ¡Ojalá pudieran ser carta dictada por el Sol que nace de lo alto! Una carta claramente iluminada por la Luz».


fuentes:
wikipedia.org
el mundo de manue.blogspot.com

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