26 de mayo de 2013

REFLEXIÓN



Domingo de la Santísima Trinidad

Estás aquí, Señor.
Tu secreto, un secreto a voces,
es el amor del Padre, 
con el Hijo y en el Espíritu.
Una familia que, 
estando sentada en el cielo,
camina con los pies de Cristo en la tierra.
Una conversación que,
 dándose en el cielo,
se escucha con nitidez 
a través del Espíritu Santo.
Una mesa que, asentándose en el cielo,
se prolonga en la casa de todos aquellos
que cantan, creen, viven y se asombran
ante el Misterio Trinitario.


Estás aquí, Señor.
En el amor que se comparte.
En la libertad que nos hace libres.
En los lazos que unen.
En el despliegue de ternura 
y de comprensión.
En la personalidad de cada uno.
En el afán de buscar puentes 
y no divisiones,
estás aquí, Señor.

Javier Leoz, betania.es

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