El primer Corpus
Cristi
en Roma del Papa
Francisco
Por H. Sergio Mora
ROMA, 30 de mayo de 2013 (Zenit.org) - La festividad y procesión del
Corpus Christi se realizó este jueves en
Roma. Es la primera del papa Francisco, que después de la misa en la basílica
de San Juan encabezó la procesión del Corpus Cristi hasta la basílica de Santa
María la Mayor. Al contrario de sus predecesores, que iban en el vehículo que
portaba la Custodia, el Papa Francisco hizo el recorrido a pie, caminando
detrás de la Custodia.
Los miles de fieles reunidos en la plaza de 'San Giovanni in
Laterano' delante de la basílica del mismo nombre, esperaron el inicio de la
celebración rezando el santo rosario y entonaron la Salve Regina. La eucaristía
fue en el exterior de la basílica para permitir la asistencia de la multitud.
La solemnidad llamada
del Santísimo Cuerpo y Sangre de Cristo, es una de las principales del año
litúrgico de la Iglesia católica y se celebra nueve días después de
Pentecostés. Tuvo origen en Bélgica en 1247, para reafirmar la presencia de
Cristo en la eucaristía ante la tesis negacionista de Berengario de Tours, para
quien la presencia de Jesús era meramente simbólica. En 1264 el papa Urbano IV
extendió la solemnidad a toda la cristiandad con la bula Transiturus de hoc mundo. Y con el papa
Nicolás V, en 1447 inicia la procesión por las calles de Roma.
San Juan de Letrán es catedral de Roma y la sede del obispo de
esta ciudad, que es el papa, y esta procesión la encabeza en cuanto obispo de
Roma.
“Esta noche --dijo el santo padre dirigiéndose a los fieles
presentes-- nosotros somos la multitud del evangelio, también nosotros tratamos
de seguir a Jesús, para escucharlo, para entrar en comunión con Él en la
eucaristía, para acompañarlo y para que nos acompañe”.
“Y delante de la necesidad de la multitud --recordó le papa-- la
solución de los discípulos era 'cada uno piense a si mismo' y a despedir a la
multitud”. Y lamentó: “¡Cuántas veces nosotros cristianos tenemos esta
tentación! No nos hacemos cargo de las necesidades de los otros y los
despedimos con un piadoso 'Buena suerte'”. E instó “a ser instrumentos de
comunión, a compartir con Él y con nuestro prójimo lo que nosotros somos.
Entonces --concluyó el pontífice-- nuestra existencia será verdaderamente
fecunda”.
Después de la misa, la procesión partió desde 'San Giovanni in
Laterano' y fue por la avenida Merulana, una vía de antiguo origen, hasta la
basílica de 'Santa María Maggiore'. Durante el recorrido de aproximadamente 1,3
kilómetros numerosos fueron los grupos, asociaciones y cofradías que
acompañaron la procesión, con gran variedad de pendones, símbolos y hábitos religiosos,
desde los Caballeros de la Orden de Malta, a los scouts, pasando por los
Heraldos del Evangelio y un grupo de la peruana Hermandad del Señor de los
Milagros.
Participaba también de la manifestación el numeroso público
situado en las veredas a lo largo del recorrido, atrás de las barreras de
protección, tantos de ellos con velas encendidas.
El papa Francisco ha acompañado en oración el Santísimo sacramento
que estaba expuesto en un ostensorio, seguido por el cardenal vicario Agostino
Vallini, los cardenales, los obispos, sacerdotes, religiosos y religiosas, y
los varios miles de fieles que participaron.
Tras llegar a la basílica de Santa María la Mayor, el santo padre
impartió la bendición eucarística concluyendo así la procesión del Corpus
Christi.
La procesión tuvo periodos de ausencia, como los 63 años
comprendidos desde la toma de Roma en la unificación italiana, hasta 1933
cuando Pio XI la retomó. Después se perdió nuevamente y el papa Juan Pablo II,
quien en Polonia debido al régimen comunista no podía realizarla, no aceptó la
idea que en una ciudad como Roma se hubiera perdido la tradición y la
revitalizó en 1979 a pesar del escepticismo de quienes consideraban que ya no
era posible hacerla. Las primeras fueron con poca gente, y poco a poco fueron
creciendo hasta hoy, cuando son miles quienes participan.
El arzobispo emérito de Czestochowa, Stanisław Nowak, recordó en
una entrevista a ZENIT que cuando “el entonces cardinal Karol Wojtyla fue
elegido papa, renovando y celebrando la primera procesión en Roma, al mismo
tiempo las autoridades comunistas de Polonia dieron el permiso para que la
procesión del Corpus Domini volviera a la plaza principal de Cracovia. Y esto
para nosotros fue una gran alegría
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