26 de mayo de 2013

EL MITO DE LORELEI



El mito de Lorelei

El risco Lorelei  (Loreley o Lore-Ley) se localiza en en el río Rin cerca de St. Goarhausen, Alemania. Se eleva sobre una fuerte pendiente a una altitud de 120 metros desde la franja del Rin, en una sección a la que se denomina  “Rin romántico”. 

En las cercanías del risco existen secciones del río cubiertas de piedras con salientes, y sectores de aguas poco profundas combinados con una corriente que hacen de este un lugar peligroso. El Rin es un importante flujo de agua, y al pasar de los siglos numerosos navegantes, especialmente los desprevenidos, han perdido sus vidas allí. En junio de 2002 la roca de Lorelei fue declarada por la UNESCO como Patrimonio de la Humanidad. 

Su nombre proviene de una antigua palabra germánica “Lureln”, que en el dialecto propio de la región del Rin es sinónimo de “murmullo”, y otra antigua palabra céltica: “ley”, que significa roca. Por tanto, una apropiada traducción del vocablo sería “la roca que murmura”.  Murmullo que producen las fuertes corrientes, la pequeña cascada del agua y el eco que proporcionan las rocas.  Y murmullo que se hace difícil de apreciar hoy en día debido a los ruidos propios de la amplia urbanización del área y del tránsito de embarcaciones por el río.

Esta roca y su murmullo han inspirado numerosas leyendas y mitos similares a otros del folclore ruso y escandinavo. Ya en 1801, Clemente Brentano escribió una historia a la que tituló “Lore Lay”. Su relato es el de una encantadora mujer asociada con la roca. En el poema, la bella “Lore Lay”, traicionada por su amante, es acusada de embrujar a los hombres que navegaban por el río y causarles la muerte. El obispo ordenó recluirla en un convento en lugar de sentenciarla a muerte, pero mientras era conducida a su encierro, solicitó permiso para subirse a la roca y poder despedirse del río. Una vez sobre la roca, se lanzó al Rin buscando la muerte. Desde entonces la roca ha retenido el eco de su nombre. Brentano se inspiró en el poeta romano Ovidio y en el mito de Echo, de la mitología griega.    

En 1824, Heinrich Heine recogió y adaptó el relato de Brentano en uno de sus más famosos poemas, “Die Lorelei”. En él convirtió a la bella mujer en una  sirena que, sentada en una alta roca sobre el Rin mientras cantaba y  peinaba su largo y rubio cabello, distraía a los navegantes con su belleza y su canción, y ocasionaba que estos  se estrellaran contra las rocas.  

Pocos años después, a los versos de Heine les pondría música Friedrich Slicher en su canción “Lorelei” y la versión original de Brentano quedó reemplazada en popularidad por el poema-canción de Heine-Slicher. El tema atrajo también a Franz Lizst, quien compuso un arreglo a la canción y  el poema, además, ha sido  objeto de composición por otros autores musicales posteriores. Incluso, fue parte de una ópera inconclusa de Felix Mendelssohn.  

En Nueva York, específicamente en el Bronx, se encuentra un monumento a Heine, conocido popularmente como “la Fuente Lorelei”, sobre la que se alza la mítica sirena de su poema.

Fuente: wikipedia.org

No hay comentarios:

Publicar un comentario