10 de enero de 2012

SIETE MINUTOS PARA ROBAR UN PICASSO


Siete minutos para robar un Picasso
 
 Igual que en los mejores guiones de Hollywood. Una banda, un plan, un sistema de seguridad electrónico, un robo. Todo comenzó dos minutos antes del cierre. La Galería Nacional de Grecia, situada en el centro de Atenas, justo al lado del Parlamento, clausuraba una exposición. Las alarmas saltaron. Eran las ocho de la tarde. Las comprobaciones habituales constataron que era un fallo.
Nadie sospechaba que este error estaba inducido por un grupo de ladrones –de número indeterminado todavía por la Policía helena– que ya se preparaba para dar un golpe maestro: extraer de las salas de la pinacoteca «Cabeza de mujer», de Pablo Picasso; «Molino», de Piet Mondrian, y un dibujo de Guglielmo Caccia que representa a San Diego de Alcalá en éxtasis. El sonido de las alarmas volvió a atraer la atención de los vigilantes del museo. Eran las 03:58 de la mañana. Ya había sucedido antes. Todo apuntaba de nuevo a un problema técnico. Nada más lejos.

Pero, en esta sucesión encadenada de hechos, los asaltantes ya habían llevado a cabo el primer paso. Mientras los funcionarios públicos encargados de custodiar las piezas de estas plantas comprobaban reiteradas veces el sistema privado de seguridad, ellos ya habían forzado el cierre de la puerta de un balcón –sin abrirla para no levantar sospechas– y roto el marco de una ventana de forma discreta y sin que ningún sistema preventivo lo detectara.
Alrededor de las 04:30, como la Policía griega ha informado a este diario, es cuando se produjo el robo. Los vigilantes de la Galería Nacional, que siempre van desarmados, vieron un par de sombras deslizándose por los pasillos. Las siguieron, pero sólo lograron acercarse a ellas cuando ya saltaban por una de las ventanas abiertas con anterioridad. Al sorprenderlos, los ladrones, apresurados, abandonaron algunas de las piezas que habían juntado para llevárselas.
La Policía asegura que se trataba de un Mondrian. Otra persona, en cambio, asegura a LA RAZÓN, que eran dos Monet los lienzos que dejaron atrás. El hurto se perpetró en tan sólo siete minutos. Nadie ha sido detenido por este robo que ha conmocionado a Grecia, que ha visto cómo uno de sus tesoros nacionales desaparece de su patrimonio en un delicado momento emocional y económico.
Alejandro Moz, reportero de «Ert», aseguraba que este delito ha «conmocionado al pueblo, ya que Picasso lo donó personalmente a Grecia como homenaje a la humanidad, valentía y resistencia de nuestra nación ante el nazismo». En el reverso del óleo, de hecho, puede leerse una dedicatoria escrita de puño y letra del artista malagueño que dice: «Para el pueblo griego, homenaje de Picasso, París».
Recogido de La Razón, Madrid

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