Andrés Fleitas,
leyenda almendarista
Ana Dolores García
A
más de familiares y amigos muy queridos y apreciados, 2011 se llevó también consigo
a personajes que, aunque no me fueran
conocidos personalmente, dejaron no poca presencia entre mis recuerdos. Andrés Fleitas es uno de ellos.
Gozábamos y sufríamos con el mismo fanatismo que por
aquella época lo hacían los partidarios de los Yankees y los Dogers en
Estados Unidos, o lo hacen hoy los del
Real Madrid y los el Barça en España. Para nosotros la pelea a muerte era entre
dos de los equipos de la Liga: el Almendares y el Habana, los otros dos no
importaban mucho.
Andrés
Fleitas había nacido el 8 de noviembre de 1916 en el Central Constancia, provincia de Las Villas. Miembro de una familia
en la que sus hermanos descollaron como
jugadores de las Grandes Ligas estadounidenses, el béisbol también pudo contarlo entre sus más
carismáticas estrellas. Al menos entre los “hinchas” del Almendares, equipo con el que jugó durante
diez temporadas a partir de 1942. Antes
de ello había figurado exitosamente en la Liga Amateur de Cuba, para la que
ayudó a ganar dos series mundiales, la de 1939 y la de 1942.
En
los Estados Unidos jugó dos temporadas en la Liga Triple A, pero una oferta de
$25,000 llegada desde México en 1945 le decidió a hacer las maletas. En México jugó por tres temporadas con el
equipo del Monterrey, manteniendo un promedio al bate sobre los 300 en cada una
de ellas.
En
esta época, el Comisionado de béisbol de EEUU dictó una
resolución por la que se prohibía jugar por cinco años en las Grandes Ligas a aquellos
peloteros que, participando en las Ligas mexicanas, no regresaran a EEUU al
finalizar la temporada de México. En esa situación se encontraba Andrés Fleitas
y, cuando se levantó dicha prohibición,
ya sus años no facilitaban contratos en
las Grandes Ligas.
Sus
temporadas con el Almendares en la Liga
de Invierno de Cuba fueron gloriosas, particularmente la de 1946-1947, cuando
el Almendares “barrió” al Habana en los tres últimos juegos seguidos que
decidieron el campeonato del año. En los
tres juegos Andrés Fleitas sirvió de cátcher. En el primero de ellos disparó un
triple que decidió la victoria para el pitcher Agapito Mayor. En los
dos juegos siguientes el lanzador fue Max Lanier, y Fleitas volvió a servir
como cátcher. Durante esta temporada, Andrés Fleitas alcanzó un promedio de 316
al bate.
Muchos
años después, en 1999, Max Lanier le
hizo llegar una nota en la que le decía:
“Eres un gran hombre y un gran cátcher. Yo no hubiera podido ganar
aquellos dos juegos sin tu ayuda”.
Andrés
Fleitas fue elegido al Hall de la Fama del Béisbol Cubano en 1977. Hace apenas tres semanas, el 18 de diciembre
del pasado 2011, falleció en Miami a la edad de 95 años. Descanse en la paz de
Dios esta leyenda y gloria de nuestro deporte.
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