28 de septiembre de 2011

USTED ES CAMAGÜEYANO SI...


Usted es camagüeyano si….


Si le encantaban el helado y los dulces que vendían los hermanos Freixas en su dulcería “Delicias”,
y también el frozen del teatro Apolo, 
o los helados del "Sol Naciente" que vendían por la calle en sus carritos Hasehawa y Chikui.

Si alguna vez le compró pollitos de colores a Morris.
Si disfrutaba de una piñita o una gaseosa Pijuán.
Si le gustaba montar en tranvía, llenarse de chinches
y esperar en la Plaza de la Merced por el cruce del otro tranvía que venía de Bembeta.

Si le gustaba buscarle la lengua a la “Paloma Rabúa”
o era amigo de “Vertientes”.

Si le gustaban las galletas de campo de La Paloma de Castilla
o si mojaba las galletas de dulce o de soda de La Paloma en el café con leche,

Si en el verano iba en el “tren excursionista” a pasarse un día de playa a Nuevitas, y al regreso compraba en Minas sus famosas empanadillas.

Si de tarde en tarde comía en “La Cubana”, “El Jerezano”, “Rancho Chico” o el Hotel Colón,
o si prefería el carrito de fritas que estaba frente a La Gran Señora, en la Plaza de la Merced, o el carrito de lechón asao junto a esta misma iglesia. 

Si le gustaba retratarse en el “Estudio Santiago” o con “ Puzo”,
o resolvía el apuro utilizando a un fotógrafo ambulante del Casino o el parque Agramonte, o al que retrataba a todos los que pasaban por la calle Estrada Palma y luego les daba un papelito para que encargaran la foto.

Si se atragantó con uno de esos grandes  y deliciosos “vizcondes” que vendían en la cafetería Capri
o saboreaba las yemitas y los dulcecitos de almendra de “La Isla”, que no faltaban en los bautizos,
o el “pan francés” que hacía María Guirado.

Si comió  croquetas “refrozadas” de las que hacía Gonzalo en La Cebada
o un sanguis “con todos los hierros” de los del Baturro,
o un arroz frito en la fonda de los chinos del mercado de Santa Rosa.

Si iba a las retretas del parque Agramonte los domingos en la noche a piropear a las muchachas…
o tiraba fulminantes y "busca piés" en el portal del Gallo.

Si su ayuno de Semana Santa consistía en unas buenas cocas de sardina de La Isla…

Si alguna vez paseó en “plancha” en los desfiles del San Juan
o arrolló con “Los Comandos”, tapiñao debajo de una sábana.

Si jugó pelota en el campito “Guarina”,
comió marañones del Cerro,
o si acompañó un entierro a pie, esquivando lo que iban dejando los caballos que tiraban de la carroza del muerto.

Si compartió un ajiaco con sus vecinos en una noche de San Juan y colaboró cuidando “la soga” durante el día para el coste de las viandas…

Si tomó leche de la finca Taburete.
Si se iba los sábados en la noche a bailar al Aéreo Club
o prefería ir al Copacabana.

Si se limpió los zapatos en uno de los dos sillones que los hermanos Morell atendían  en el portal del Gallo.

Si alguna vez tuvo que pasar la noche en el “vivac” de la calle Avellaneda.

Si escuchaba a Valdés Jiménez por la radio echando pestes de Rubén porque tocaba las campanas de la Soledad,
o sí sabía lo que él quería decir cuando soltaba aquello de «por aquí, por Camagüey» aprovechando que aún no había televisión.

Si se acuerda de los encargos de recados que don Pancho trasmitía a las fincas en su programa de La Hora Selecta Social al mediodía,
y si se acuerda también  que decía que Camagüey era «la ciudad de las iglesias, de los tinajones y de las mujeres más bellas del mundo»,
y que tuvo dos temas distintos para comenzar su programa: Barrilito Cervecero, que después cambió por La Machicha. 

Si bebió la mejor leche malteada de Cuba en el Parque Bar,
o se tomó “una fría” en el bar Correos.

Si se acuerda dónde quedaban Villa Feliz y Villa Clarita

Si estuvo en el teatro Principal cuando durante una obra de teatro de una compañía española se fue rajando un telón lentamente,
o en el teatro Guerrero, cuando sin aire acondicionado y las puertas laterales abiertas, se coló un gato maullando durante un concierto de Andrés Segovia.

Si le había quedado la costumbre de los abuelos de ir todas las tardes a la estación del ferrocarril a ver pasar el tren “central”.
Si era de los que le decía “matazón” a la carnicería o  “cirniendo” cuando lloviznaba,
si se despedía diciendo “abur” y si aún se sabe de memoria el epitafio de Dolores Rondón. 

Si se bañó en los Cangilones y en Arroyón
o en la piscina del Atlético.

Si bailó en el Ferroviario o en La Popular.

Si se tapaba la nariz y la boca al salir del teatro Casablanca de noche para evitar “el cambio de aire frío".

Si cuando iba a La Habana llevaba a sus parientes un pan de Karakas (con K) de Peresosa o un tinajoncito de barro con mantequilla Guarina.

Si usted se acuerda de todo eso,  ¡¡qué viejos somos!!  Pero, je je je…. Quienes no lo recuerden ¡es porque no pudieron vivir esos buenos tiempos!!!!! 

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MEXICO SE RECONCILIA CON LA LEYENDA NEGRA DE HERNÁN CORTÉS


 México se reconcilia 
con la leyenda negra sobre Hernán Cortés

E. Villar, 
La Razón, Madrid

Una serie de televisión, avalada por diversos historiadores, desmonta la imagen del conquistador como un brutal invasor. Ni el Imperio Azteca era una balsa de aceite ni Hernán Cortés un pirómano. Como todo acontecimiento histórico, la conquista de México conviene analizarla sin pasiones y con perspectiva histórica, es decir, con los ojos de aquellos que lo vivieron. Es el desafío que han lanzando una serie de historiadores mexicanos, que proponen revisar y dulcificar la figura del conquistador español.
 
Hernán Cortés ha sido para los mexicanos, durante siglos, un tema tabú más allá de la visión “oficial”, es decir, la de que era un cruel conquistador que provocó muerte y destrucción a su paso, y que sometió a la civilización azteca. Seguramente tuvo mucho de eso, pero también algo más. Ahora, una televisión mexicana se ha propuesto el difícil reto de revisar la imagen del aventurero español e, incluso, dulcificarla.

Estos días se ha comenzado a emitir en México la serie de cuatro capítulos “La conquista”, que lleva la firma del director Nicolás Echevarría y el aval de casi una decena de historiadores que han hecho causa común para ofrecer a sus compatriotas una imagen del odiado/temido conquistador ajena a los maniqueísmos y lugares comunes más frecuentes.

Para empezar, un mito que conviene derribar cuanto antes: Hernán Cortés no fue un invasor que sometió a la fuerza a un imperio, sino más bien un actor que tomó parte en una rebelión de diversos pueblos en contra de la crueldad de los aztecas, que tenían atemorizado al resto de civilizaciones vecinas.

Es cierto que Cortés se aprovechó de ese caldo de cultivo para liderar la revolución y llegar hasta el corazón de Tenochtitlan, someter al emperador Moctezuma e iniciar tres siglos de dominio español, pero también es verdad, como sostiene el documental, que al final incluso defendió a los indígenas y acabó incluso muriendo en la miseria.

El periodista de La Razón Ricardo Coarasa, autor de "Hernán Cortés: los pasos borrados” (Editorial Espejo de Tinta), asegura que el conquistador español «no encabezó en ningún caso una rebelión ya en marcha, sino que se aprovechó inteligentemente para la conquista de las disensiones existentes entre los pueblos sometidos al imperio azteca. Pero ni en Cholula, y mucho menos en Tlaxcala, le recibieron con los brazos abiertos. Sólo después de imponerse por las armas, los indígenas se unieron a Cortés en su expedición a Tenochtitlan, la capital del imperio de Moctezuma».

«Pero sin sus aliados indígenas, que estaban hartos de los impuestos abusivos y de las expediciones para apresar víctimas para sacrificar a los dioses, Cortés no habría podido vencer a los aztecas, sobre todo después de la Noche Triste, cuando muy diezmada su tropa recibió una ayuda providencial en Otumba. La derrota del imperio azteca es, pues, tan española como mexicana –añade Coarasa-, aunque en México cueste aceptarlo. Incluso hoy en día en los pueblos que ayudaron a Cortés, Tlaxcala sin ir más lejos, las estatuas se erigen a los caciques que lo combatieron, no a los que se aliaron con los españoles, vistos todavía como traidores».

El poder para una mujer

El Capitán General de la Nueva España fue además el primero en dar a una mujer, Malinche, un papel importante no sólo en su vida sino en la propia conquista, algo realmente notorio en una sociedad que no estaba preparada aun para semejante desafío.

Según el director Nicolás Echevarría, la serie incide en uno de los temas más sensibles para la intelectualidad mexicana durante siglos, ya que cuestiona lo que él llama el “aztequismo” nacional, que «ha quedado como una ideología oficial desde la Independencia» y reforzado tras la Revolución.

Un chaleco antibalas para Hernán Cortés

¿Realmente es arriesgado este planteamiento en México? En una entrevista con el periódico mexicano Proceso, el director de cine expone una anécdota de hasta qué nada contra corriente: en un desfile del Bicentenario de la Independencia de España, le contaron que el hombre que representaba a Cortés exigió un chaleco antibalas porque tenía un terror espantoso de que alguien le fuese a disparar. «Me pareció fantástico que en lugar de armadura, Cortés ahora lleve un chaleco antibalas. Es una idea muy postmoderna del México de hoy. Hasta la fecha existe este rencor tan espeluznante en contra de este personaje, y en la serie no sale tan mal librado», afirma.

Según los autores del documental en cuatro capítulos, es importante resaltar la importancia que tuvieron los valerosos guerreros que ayudaron a los españoles a derribar la dictadura azteca: «Rompe con todo un concepto creado por los cronistas de la Conquista, por el mismo William H. Prescott, quien hace una enorme apología de Cortés como uno de los grandes capitanes de la historia. Eso de que fueron doscientos o trescientos españoles los que llegaron, conquistaron y terminaron con el gran imperio azteca, no es cierto. Los mexicanos debemos saber que Cortés reunió a súbditos que dependían de los aztecas, y sin esa ayuda, de todos ellos, hubiera sido imposible realizar la conquista en Tenochtitlán».

La conquista de México, en definitiva, fue una lucha de indios contra indios, que los autores de este trabajo comparan, en su importancia, con el nacimiento de Cristo. «En octubre de 1519, Cortés alistaba su salida de Cholula hacia Tenochtitlán, cuando fue enterado de que los aztecas planeaban una emboscada: Moctezuma había cambiado de parecer y deseaba eliminar a los intrusos –explican-. Cortés, con el pretexto de una despedida, reunió a los notables de Cholula, les recriminó su traición y llamó a las tropas cempoaltecas y tlaxcaltecas para que dieran muerte a los supuestos traidores. Con la matanza de Cholula, la expedición de Cortés se convirtió en una guerra de los indígenas contra los indígenas».

Fuente: La Razón, Madrid
Ilustración: http://www.foroxerbar.com 

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FRASE DE SABIDURÍA


Nadie ha ganado una partida de ajedrez rindiéndose. 
 - Savielly Tartakower, ajedrecista ruso,  Maestro Internacional de ajedrez.

27 de septiembre de 2011

UN BEBÉ SIN CUARTO EN EL ELÍSEO




 

Un bebé sin cuarto en el Elíseo

La cuenta atrás ha comenzado en el Palacio del Elíseo. De sus muros no se filtra ni una noticia, pero todos saben que la ocasión es histórica. Nunca antes la residencia presidencial, acostumbrada a acoger jefes de Estado y otros altos dignatarios, había tenido que prepararse para la llegada de un nuevo y pequeño inquilino. Quizá porque nunca antes una primera dama de Francia había hecho padre a un presidente en ejercicio. Ya había desvelado Sarkozy al llegar al trono de la República sus intenciones de romper con la tradición de los últimos treinta años, pero quién iba a imaginar que no sólo se refería al plano político. En pleno mandato, el presidente francés se ha separado, vuelto a casar y ahora se dispone a estrenar paternidad en los mismos salones que antaño ocupara la favorita y muy influyente amante de Luis XV, Madame de Pompadour.

Aunque cabe pensar que el vástago del jefe del Estado no pasará mucho tiempo en los apartamentos privados del Faubourg Saint-Honoré. De hecho, la futura mamá, Carla Bruni, ya ha dejado caer que no habrá cuarto para el niño en el palacio. «Como mucho una cuna», confesaba en una reciente entrevista al canal de televisión galo TF1.

Atrás han quedado ya los primeros meses en que la ex top model  ocultaba su incipiente tripa con un chal cuando veía merodear a algún fotógrafo. Rendida a la evidencia de sus ocho meses de embarazo, la cantante, que pese a la redondez sigue luciendo una estupenda silueta, ya no se esconde de las cámaras. De hecho, el pasado fin de semana se dejó fotografiar durante las jornadas del patrimonio en las que se abrieron al público las puertas del Elíseo. Una maternidad que le sienta fenomenalmente pues no le ha impedido ser elegida por «Vanity Fair» como «la mujer mejor vestida del mundo» en 2011, por su elegancia «clásica pero “chic”», incluso con sus look premamá.

Pese a que en sus últimas apariciones públicas ha elegido el riguroso negro –que estiliza su figura–, la prominente curva hace vaticinar que saldrá de cuentas en no mucho tiempo. A finales de octubre, según sus propios cálculos, aunque reconocía que a partir del próximo día uno «puede llegar en cualquier momento».  Tanto es así, que a la cigüeña se la estaría esperando sin más tardar hacia el día tres, según las últimas revelaciones. El descuido verbal, voluntario o no, proviene una vez más del patriarca de los Sarkozy.

El padre del presidente, Pal Sarkozy, no sólo sugirió la fecha al diario alemán «Bild», sino que ha asegurado que la criatura tendrá un bautismo en toda regla. «Se hará por el rito católico romano», explicaba. Una precisión que no carece de pertinencia, pues cabe preguntarse si con las «reacciones epidérmicas de izquierda» que Madame Bruni-Sarkozy confiesa tener, y su pasado algo hippie, ésta  hubiera preferido ahorrarse la pila bautismal.

A apenas unos días del feliz acontecimiento, muchas son todavía las incógnitas. Por supuesto, el nombre de los padrinos –que como mandan los cánones eclesiásticos serán los responsables de guiar espiritualmente al vástago más esperado de la V República gala–, además del sexo de la criatura, o las criaturas. Porque hasta el momento ninguno de los padres ha desmentido que sean gemelos lo que está en camino, como adelantaban hace unos meses algunas publicaciones de la prensa gala del corazón. Un rumor que tendría su fundamento. Según medios del país vecino, el matrimonio elíseo podría haber recurrido a vías alternativas de inseminación ante la imposibilidad de la primera dama para quedarse embarazada, y eso, pese a las muchas ganas –e intentos– que ésta ha reconocido.

¿Niño o niña? A la futura madre le da igual. «No tengo preferencias», decía en dicha entrevista, asegurando de paso desconocer cualquier detalle sobre el bebé: «Quiero que sea una sorpresa». Aunque cuesta creer que el padre de la criatura, jefe del Estado de Francia a la sazón, no haya pedido un informe completo y minucioso sobre su próximo heredero. Pero mientras se sale de dudas, las porras, apuestas y los «top ten» sobre el nombre que llevará la criatura arrasan en internet. También las encuestas.  

Fuente: La Razón, Madrid
Ilustraciónes: Google y

http://columnas.ejecentral.com.mx

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