Usted es camagüeyano si….
Si le encantaban
el helado y los dulces que vendían los hermanos Freixas en su dulcería “Delicias”,
y también el
frozen del teatro Apolo,
o los helados del "Sol Naciente" que vendían por la calle en sus carritos Hasehawa y Chikui.
o los helados del "Sol Naciente" que vendían por la calle en sus carritos Hasehawa y Chikui.
Si alguna vez le
compró pollitos de colores a Morris.
Si disfrutaba de
una piñita o una gaseosa Pijuán.
Si le gustaba
montar en tranvía, llenarse de chinches
y esperar en la Plaza
de la Merced por el cruce del otro tranvía que venía de Bembeta.
Si le gustaba
buscarle la lengua a la “Paloma Rabúa”
o era amigo de “Vertientes”.
Si le gustaban
las galletas de campo de La Paloma de Castilla
o si mojaba las
galletas de dulce o de soda de La Paloma en el café con leche,
Si en el verano iba
en el “tren excursionista” a pasarse un día de playa a Nuevitas, y al regreso compraba
en Minas sus famosas empanadillas.
Si de tarde en tarde comía en “La Cubana”, “El Jerezano”, “Rancho Chico” o el Hotel Colón,
o si prefería el
carrito de fritas que estaba frente a La Gran Señora, en la Plaza de la Merced,
o el carrito de lechón asao junto a
esta misma iglesia.
Si le gustaba
retratarse en el “Estudio Santiago” o con “ Puzo”,
o resolvía el
apuro utilizando a un fotógrafo ambulante del Casino o el parque Agramonte, o al
que retrataba a todos los que pasaban por la calle Estrada Palma y luego les
daba un papelito para que encargaran la foto.
Si se atragantó con uno de
esos grandes y deliciosos “vizcondes” que vendían en la cafetería Capri
o saboreaba las yemitas y los
dulcecitos de almendra de “La Isla”, que no faltaban en los bautizos,
o el “pan francés”
que hacía María Guirado.
Si comió croquetas “refrozadas” de las que hacía
Gonzalo en La Cebada
o un sanguis “con
todos los hierros” de los del Baturro,
o un arroz frito
en la fonda de los chinos del mercado de Santa Rosa.
Si iba a las retretas
del parque Agramonte los domingos en la noche a piropear a las muchachas…
o tiraba
fulminantes y "busca piés" en el portal del Gallo.
Si su ayuno de
Semana Santa consistía en unas buenas cocas de sardina de La Isla…
Si alguna vez
paseó en “plancha” en los desfiles del San Juan
o arrolló con “Los
Comandos”, tapiñao debajo de una
sábana.
Si jugó pelota en
el campito “Guarina”,
comió marañones
del Cerro,
o si acompañó un
entierro a pie, esquivando lo que iban dejando los caballos que tiraban de la
carroza del muerto.
Si compartió un
ajiaco con sus vecinos en una noche de San Juan y colaboró cuidando “la soga”
durante el día para el coste de las viandas…
Si tomó leche de
la finca Taburete.
Si se iba los sábados
en la noche a bailar al Aéreo Club
o prefería ir al
Copacabana.
Si se limpió los
zapatos en uno de los dos sillones que los hermanos Morell atendían en el portal del Gallo.
Si alguna vez
tuvo que pasar la noche en el “vivac” de la calle Avellaneda.
Si escuchaba a
Valdés Jiménez por la radio echando pestes de Rubén porque tocaba las campanas
de la Soledad,
o sí sabía lo que
él quería decir cuando soltaba aquello de «por aquí, por Camagüey»
aprovechando que aún no había televisión.
Si se acuerda de
los encargos de recados que don Pancho trasmitía a las fincas en su programa de
La Hora Selecta Social al mediodía,
y si se acuerda
también que decía que Camagüey era «la
ciudad de las iglesias, de los tinajones y de las mujeres más bellas del mundo»,
y que tuvo dos temas
distintos para comenzar su programa: Barrilito Cervecero, que después cambió
por La Machicha.
Si bebió la mejor
leche malteada de Cuba en el Parque Bar,
o se tomó “una
fría” en el bar Correos.
Si se acuerda
dónde quedaban Villa Feliz y Villa Clarita
Si estuvo en el
teatro Principal cuando durante una obra de teatro de una compañía española se
fue rajando un telón lentamente,
o en el teatro
Guerrero, cuando sin aire acondicionado y las puertas laterales abiertas, se
coló un gato maullando durante un concierto de Andrés Segovia.
Si le había quedado
la costumbre de los abuelos de ir todas las tardes a la estación del
ferrocarril a ver pasar el tren “central”.
Si era de los que
le decía “matazón” a la carnicería o “cirniendo”
cuando lloviznaba,
si se despedía
diciendo “abur” y si aún se sabe de memoria el epitafio de Dolores Rondón.
Si se bañó en los
Cangilones y en Arroyón
o en la piscina
del Atlético.
Si bailó en el Ferroviario o en La Popular.
Si bailó en el Ferroviario o en La Popular.
Si se tapaba la
nariz y la boca al salir del teatro Casablanca de noche para evitar “el cambio de aire frío".
Si cuando iba a
La Habana llevaba a sus parientes un pan de Karakas (con K) de Peresosa o un tinajoncito de barro con mantequilla Guarina.
Si usted se
acuerda de todo eso, ¡¡qué viejos somos!!
Pero, je je je…. Quienes no lo recuerden ¡es porque no pudieron vivir
esos buenos tiempos!!!!!
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