22 de agosto de 2011

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Apóstoles para el siglo XXI

La Jornada Mundial de la Juventud alcanzó ayer su colofón con la misa de envío presidida por el Papa en el aeródromo madrileño de Cuatro Vientos ante casi dos millones de personas, según los organizadores, llegadas desde 200 países. En uno de los actos más multitudinarios que se recuerdan en España y  que superó a la numerosísima asistencia de la vigilia de oración de la noche anterior, Benedicto XVI instó a los jóvenes católicos a que cultiven su fe, no caigan en el individualismo y se conviertan en protagonistas de la evangelización. «Sed los apóstoles de Cristo en el siglo XXI y los mensajeros de su alegría».

 No pesaba en los peregrinos la paliza que se habían dado durante el día y la noche anteriores. Primero aguantaron durante horas el tremendo calor del agosto madrileño para después, cuando por fin tuvieron frente a ellos al Papa en la vigilia, sufrir la fuerte tormenta que se desató sobre Cuatro Vientos. Por fortuna la lluvia dejó de caer tras alrededor de 30 minutos y los jóvenes pudieron dormir al raso o en tiendas de campaña durante unas pocas horas. Por la mañana parecían vacunados contra el cansancio. Reían y bromeaban mientras se desperezaban y esperaban la llegada del Pontífice, al que recibieron con júbilo y energía.

«Os invito a fortalecer la fe y a poner a Cristo en el centro de vuestra vida», afirmó en su homilía el Pontífice, quien fue recibido a su llegada a la gigantesca explanada del aeródromo madrileño por los Reyes. «Permitidme que también os recuerde», dijo a los jóvenes, «que seguir a Jesús en la fe es caminar con Él en la comunión de la Iglesia. No se puede seguir a Jesús en solitario». 

La fe hay que vivirla en comunidad, apoyándote en «tus hermanos». Por ello señaló la importancia de la «gozosa inserción en las parroquias, comunidades y movimientos, así como la participación en la Eucaristía».   «No os guardéis a Cristo para vosotros mismos», dijo, invitando a la juventud a que dé «testimonio de la fe» siempre, incluso en los ambientes donde encuentren «rechazo o indiferencia». «A vosotros también os incumbe la extraordinaria tarea de ser discípulos y misioneros de Cristo».

El Papa fue muy didáctico durante su homilía en la misa de conclusión de la JMJ, concelebrada por 750 cardenales y obispos y 14.000 sacerdotes. Explicó que es la fe la que, más allá de los «simples datos empíricos o históricos», es capaz de «captar el misterio de la persona de Cristo en su profundidad». 

En el rezo del Ángelus, Benedicto XVI mencionó a los jóvenes que esperan a los peregrinos a su regreso a sus países e instó a estos últimos a que les transmitan lo vivido durante estos seis días en Madrid. «Sed fermento de nuevos cristianos», les dijo. 

Al final de la oración, el Papa confirmó la sede de la próxima edición de la JMJ, que se celebrará en 2013 en Río de Janeiro. El anuncio provocó la emoción de los miles de peregrinos brasileños presentes en Cuatro Vientos. Varios de ellos se encargaron de recoger la Cruz de la JMJ, que ahora viajará al país iberoamericano.
larazon.es

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