24 de agosto de 2011

.

TESTIGO DE EXCEPCIÓN

Eso ha sido Juan Arrabal, amigo personal y de esta Gaceta, que nos ha enviado las impresiones vividas durante la celebración de la Jornada Mundial de la Juventud. Hermoso testimonio de fe que no dudamos en compartir con nuestros lectores.

Queridos amigos:
No he contestado ni visto vuestros correos porque he estado en Madrid junto con mis hijas, esposa y nieto. Unas jornadas inolvidables aunque muy limitadas por la presencia del pequeño Nicolás de tan solo 1 año. El calor meteorológico ha sido de lo más sofocante incluida la bendición de lluvia del sábado. El calor humano, de lo más reconfortante.

Ha sido una gozada ver a tanta gente joven derrochando alegría y generosidad para con sus compañeros y para con aquellos que han insultado y ofendido a cada poco. Todos hemos pedido porque el Señor les dé cordura y mucha luz para ver adelante el Camino de Verdad y Vida. También para los medios de comunicación que se han abstenido de mostrar la verdad o han sido cicateros al enseñarla, o lo que es peor, manipular las encuestas para que resulte que el ciudadano que se congrega en un punto de la ciudad, Plaza Mayor, Puerta del Sol, Cibeles, Parques o donde le dé la gana, esté en actitud de contramanifestación.

Como bien dice Benedicto XVI «Esto no ha terminado». La lección ha sido magistral. Esta es nuestra Iglesia con todos sus defectos, ¿cómo sería de grande si fuese perfecta? Ella, como madre y maestra ya ha dado y seguirá dando a los más desfavorecidos; que no critiquen, que vean las estadísticas de lo que se hace y no se pregona. Que los Estados asuman sus obligaciones y actúen es lo que hace falta también. Los resultados económicos positivos de las ciudades por las que han pasado los peregrinos ya son del dominio público...  todos han ganado y el paro algo ha bajado por unos días. ¿Qué otra organización ha producido este fenómeno?

 Adiós, Santo Padre, gracias. Efectivamente la Iglesia ha movido ficha, nos hacía falta demostrar y dejar claro todo lo que se ha visto en estos días, empezando por enseñar que tenemos al mayor, al mejor líder, a Cristo y al Santo Padre. Las ovejas si necesitamos Pastor, pero ¿y los lobos que nos hemos cruzado en estos días?... que Dios les bendiga.

En el aspecto cofrade, como siempre, otra catequesis tan bien presentada que ha conmovido a propios y extraños. La forma de procesionar en Madrid merece un pregón aparte, lastima que no siempre sea así. Desde la primera a la última han dado una nota sobresaliente. Vítores, palmas, marchas que han llegado al alma, actitudes de recogimiento y explosiones de júbilo y un olivo tirando aceitunas desde Recoletos al Ayuntamiento, pasando por Alcalá, Sol, Las Cortes, Cibeles, donde Judas no daba crédito por el cambio de Getsemaní. Mantillas malagueñas por Alcalá, caminando descalzas no porque les molestaran los zapatos, sino para dejar su gracia y salero en el suelo y el corazón de los madrileños, ingleses, americanos de arriba y de abajo, de todo el mundo.

Nadie en el Tercio ni en la propia Congregación de Mena se podía imaginar que El Novio de la Muerte lo supiera tanta gente. Madrid entera fue un inmenso coro legionario que entonó en las dos jornadas (traslado y Procesión Magna) esta canción himno a modo de plegaria dedicada a Cristo Crucificado. Desde la Catedral Castrense hasta la entronización estuvo acompañado por una multitud fervorosa, al igual que en la madrugada del sábado hasta que la verja del Palacio Real se abrió para acoger a tan sagrada efigie.

Podemos estar orgullosos de tener cofradías señeras y señoras que una vez más han cumplido con creces su cometido: dar testimonio de fe y honor y gloría a Dios a través del Hijo y la Santísima Virgen.

 Un abrazo.
Juan  Arrabal

1 comentario:

  1. Anónimo8/24/2011

    Mágnifica reseña del encuentro de las juventudes con el Santo Padre,

    gracias,

    Maggie

    ResponderEliminar