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Las conclusiones de la Comisión Taylor
Por Enrique Ros
En abril 21, a los dos días del
colapso del desembarco en Bahía de Cochinos, el General Maxwell Taylor, que
había sido Jefe del Ejército de los Estados Unidos de 1955 a 1959 y ya estaba
retirado, recibió la encomienda del Presidente Kennedy de realizar una
investigación sobre la causa de ese fracaso.
De acuerdo a su testimonio, el General Taylor iba a conducir la investigación por sí mismo. No pudo hacerlo. En el transcurso de la conversación con el presidente éste sugirió una comisión presidida por Taylor y compuesta por Bob Kennedy, Alex Dulles y el Almirante Arleigh Burke. Bob Kennedy representando los intereses del presidente, Burke los del Estado Mayor Conjunto y Dulles representando a la Agencia Central de Inteligencia. Las tres instituciones más íntimamente envueltas en la operación.
La integridad del General Taylor nadie la ha puesto, jamás, en duda pues todos coincidían en su honorabilidad como militar y funcionario público.
La designación de una comisión investigadora compuesta por personas que representaban las instituciones más íntimamente comprometidas con las trágicas decisiones que condujeron a la derrota de Girón obedecía a dos propósitos:
a) Calmar a la prensa y a la opinión pública con la investigación que se iniciaba.
b) Ocultar luego por muchos años –como secreto militar- el resultado de la investigación. Tan es así que Bob Kennedy suprimió un informe secreto preparado por Roger Hilsman, del Departamento de Estado.
En la comisión era el General Taylor el único miembro que no tenía responsabilidades que apañar. Fue siempre interés de la Casa Blanca ocultar las torpes decisiones que condujeron al mayor desastre sufrido por los Estados Unidos en lo que iba de siglo.
El primer paso de la Comisión Taylor fue recoger el testimonio de cerca de 50 testigos o participantes que fueron entrevistados en el transcurso de 21 reuniones. Este grupo de testificantes incluyó los entrenadores norteamericanos en Centroamérica, funcionarios de todos los niveles en la Secretaría de Estado, la Secretaría de Defensa, el Estado Mayor Conjunto y la CIA. Comprendió a varios cubanos que participaron en la preparación de la acción, pero, por supuesto, no incluyó –por el momento en que se realizaba la investigación-, a los brigadistas que se encontraban en ese tiempo en las cárceles de Castro.
El equipo investigador presentó un estudio preliminar al Presidente Kennedy en mayo 15 y el informe definitivo le fue entregado el 13 de junio considerándosele en aquel momento como “estrictamente secreto” que vino a ser parcialmente desclasificado en mayo de 1977.
A cuatro conclusiones llegó la Comisión Taylor:
1) La inadecuada cobertura aérea del desembarco.
2) El fallo de la brigada, al ser derrotada en las playas, en convertirse en fuerza guerrillera.
3) La responsabilidad del Estado Mayor Conjunto por las deficiencias militares.
4) La falta de comprensión e incorrecta actitud de los altos funcionarios envueltos en la operación.
Algunos distinguidos historiadores manifestaban que “Bahía de Cochinos falló porque Kennedy y Bissell fallaron”, pero la más precisa conclusión la expresó un distinguido combatiente, el Comandante José P. San Román: “Playa Girón no hubiese fracasado si el presidente hubiera cumplido”.
Todos los militares que testificaron ante la Comisión Taylor coincidieron en calificar de grave error los incompletos ataques aéreos realizados dos días antes del desembarco y el General David W. Gray, del EMC, condenó enérgicamente el que se modificase el plan aprobado originalmente de continuos e ininterrumpidos ataques del día de la invasión. Lo afirmaba también el General Lemnitzer: “Los bombardeos de dos días antes se agregaron por razones no militares. Los aprobaron para darle credibilidad a la historia que los ataques del día de la invasión se realizaban desde Cuba”; esto lo afirmaba el General Lemnitzer en la reunión Número Doce de la Comisión Taylor.
La decisión del Presidente Kennedy de suspender los ataques aéreos programados para el mismo día 17 de abril fue condenada por todos los militares que testificaron. El Jefe del Estado Mayor Conjunto afirmaba en la Reunión 17 de la Comisión Taylor que los ataques aéreos del día 17 estaban considerados esenciales. Todos coincidieron en calificar de motivaciones políticas –no militares- las razones que condujeron a la aprobación de los ataques aéreos parciales dos días antes del 17 de abril.
El General Thomas White, Jefe de la Fuerza Aérea de los Estados Unidos, también discrepó de aquella súbita modificación. Afirmó en la Reunión 12 de la Comisión: “La mejor operación hubiera sido lanzar un fuerte ataque aéreo sobre los aeropuertos el mismo día de los desembarcos. El problema fue que hubo cambios en el último minuto de los cuales nosotros no conocíamos. Me refiero, entre otros, a la cancelación del último minuto de los ataques aéreos” y concluía aquel militar que dirigía la fuerza aérea de esta nación con esta durísima afirmación: “Yo creo que se hicieron cosas a niveles superiores al Estado Mayor Conjunto sobre las que no fuimos completamente informados”.
El Presidente de la Comisión, el General Maxwell Taylor al terminar su cometido hizo un paralelo entre dos presidentes norteamericanos: Trumann y Kennedy:
“Trumann demostró que un presidente con poca popularidad pero gran coraje puede lidiar con un héroe militar que se ha excedido. En contraste, al cancelar un importante ataque aéreo en Bahía de Cochinos, el Presidente Kennedy demostró que un presidente puede intervenir personalmente en la conducción de una operación militar pero tendrá que vivir lamentándolo”.
Desafortunadamente no solo lo lamentaría el ya difunto Presidente Kennedy sino aún, todavía, el pueblo cubano en la isla y en el exilio.
Reproducido de Diario Las Américas
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