28 de abril de 2010

Castor Vispo y su Tremenda Corte


Cástor Vispo y su Tremenda Corte

Ana Dolores García

Mucho se ha escrito sobre esa chispeante serie de la radio cubana, “La Tremenda Corte”, y muy merecidamente también sobre su personaje principal, “Trespatines”, caracterizado por Leopoldo Fernández. Hoy nos referiremos al autor de sus libretos, el humorista Cástor Vispo y Villardefranco.

Cástor Vispo nació en Galicia, España, y emigró a Cuba cuando tenía 18 años. En La Habana comenzó a trabajar en la administración de “El Universal” y en las oficinas de un almacén. Posteriormente trabajó en la redacción del semanario “La Semana” hasta que el mismo fue clausurado por el gobierno de Machado en mayo de 1934. Fue precisamente en “La Semana” donde creó su primer personaje, “El Barón del calzoncillo encantado”, a través de unos versos en los que narraba

…Los trágicos amoríos
del barón y la barona,
drama de tintes sombríos
que horroriza, que emociona,
y que causa escalofríos…

La historia fue adaptada a la radio posteriormente por el propio Vispo y trasmitida por la RHC Cadena Azul en los años 1948-1949.

En 1937 estrenó en CMK Radiodifusión O’Shea otro de sus personajes: “Rumersindo Rodríguez, Rudy Rod”, detective gallego remedo o parodia del Chan Li Pó que por aquella época triunfaba en la misma radio emisora. Aparte de esas creaciones humorísticas para la radio, en el año 1938 Cástor Vispo fue cofundador, junto con José Miguel Roseñada, del semanario Zig Zag, flagelo humorístico de la política cubana.

Fue en 1941 cuando surgieron por la RHC Cadena Azul los primeros episodios de “La Tremenda Corte”. Estos primeros episodios no tuvieron gran éxito hasta que se cambió el formato y, en lugar de mantener un sentido de continuación a los mismos, se optó por presentar un caso diferente cada día. Fue, no caben dudas, el éxitazo de Cástor Vispo como libretista. “La Tremenda Corte” se mantuvo en el aire sin interrupción hasta 1961, primero en la RHC Cadena Azul de Amado Trinidad y más tarde en la CMQ de los hermanos Mestre.

Muchos de esos episodios fueron presentados simultáneamente en teatros, tanto en La Habana como en las otras provincias, e igualmente se hicieron cortos cinematográficos que aún hoy, al igual que los programas radiales, se trasmiten en la América Hispana siete décadas después de haber sido creados. ¨La Tremenda Corte” ha sobrevivido con creces a sus tres personajes principales y a su creador.

Su incursión en el cine fue singular: como guionista del filme “Hitler soy yo”, dirigido por Manolo Alonso y estrenado en 1944.

Otro de sus personajes radiales fue “El vigilante Tiburcio Santa María de la Novena Estación”, realizado en verso, que gozó también de gran popularidad entre los radioescuchas de la RHC Cadena Azul en 1948.

En “La Tremenda Corte” Castor Vispo supo sacar buen provecho de la veta inagotable de nuestros personajes vernáculos tradicionales: el gallego, el negrito y la mulata. Vispo, gallego, captó enseguida la gracia y picardía de nuestros modismos y nuestra idiosincrasia.

 
____________________________

1 comentario:

  1. Cástor Vispo tuvo el ingenio de llevar la Trmenda Corte hasta un plano nunca alcanzado en Cuba por un programa radial como aquel. Fueron los años dorados de la RHC Cadena Azul que competía con muchas otras buebas emisoras cubanas de ese tiempo.

    La Tremenda Corte se puede decir que era un programa para toda la familia porque aunque Trespatines siempre andaba haciendo trampas, robando gallinas, o vendiendo cosas inservibles a Rudesindo y a Nananina, todo lo que hacía era para ayudar a su mamita, según decía él.

    A veces las morcillas de actores le daban al programa una picardia inesperada y la risa estallaba. Me acuerdo de ese policía que menciona Lolita, Tiburcio Santa María de la Tercera Estación.

    Yo todavía me río cuando bajo por internet los programas de la Tremenda Corte. En cambio, ¡cuánto se ha perdido en buenos libretos y en buenos artistas!. La mayoría de los programas cómicos de hoy en día, tienen que meterle mano a las malas palabras, a los chistes de doble sentido y a las ordinarieces para hacer reir.

    Muchas veces en mi vida he tenido que decir, "que cualquier tiempo pasado fue mejor", y que me critique la gente y me digan pasada de moda.

    Martha Pardiño

    ResponderEliminar