10 de enero de 2010


Me dicen que fui bautizado,
pero no sé muy bien, Señor,
hasta qué punto soy de los tuyos.
Dicen que el Espíritu quema
y me siento un tanto frío.
Me advierten que el Bautismo
es un punto de salida
y frecuentemente
me instalo en mis intereses.


Ayúdame, Señor,
a convertirme, para estar cerca de Ti,
a liberarme, para dedicarme a Ti,
a llenarme de tu Espíritu,
para ofrecerme al pregón de tu Reino.
Que tu Bautismo, Señor,
sea para mí causa de crecimiento.
llamada a la sinceridad y a la valentía,
a la generosidad y al testimonio,
a la verdad y a la firme respuesta.


Javier Leoz, Betania.es
Ilustración: vitral en la iglesia parroquial de Jatibonico, Cuba
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