Después del «Crepúsculo»,
La Luna Nueva
La Luna Nueva
La nueva cinta Luna Nueva (New Moon), saga de "Crepúsculo", es una historia que relata el triángulo amoroso entre un vampiro vegetariano, un hombre lobo y una adolescente solitaria que no encaja en su medio.
Esta segunda parte de la saga muestra a la protagonista Bella Swan, deprimida por la partida de su novio Edward Cullen, el vampiro, que la deja para evitar poner en peligro su vida. Así se acerca a su amigo Jacob Black, quien en realidad es un hombre lobo. En Luna Nueva, Bella acaba de cumplir 18 años pero está llena de cicatrices nunca curadas, no solo exteriores.
Esta cinta ya ha generado el comentario de muchos (críticos profesionales y no profesionales, bloggers y otros) y también la repetición hasta el cansancio de lo ya dicho y escuchado sobre el primer episodio: se trataría de pura propaganda moralmente peligrosa, de un ‘elogio a la represión sexual en sí misma’, de una especie de anuncio cristiano camuflado como best seller juvenil.
Como en Crepúsculo, la opción por hacer hablar a los ‘monstruos’ como los vampiros y los hombres lobo es un eficaz instrumento expresivo que permite ponerse uno mismo ante el enigma de la libertad y la misteriosa pulsión de muerte que envenena la vida generando violencia, infelicidad y caos en el mundo de los humanos, la ‘herida original’ que todos tienen dentro.
Se puede ver, además, la facilidad con la que un afecto profundo o incluso una relación de simple empatía se transforma en una relación de poder, y el gusto amargo de la ‘espinosa realidad’, como escribía Rimbaud, que se revela en la continua repetición del mecanismo de ‘tensión hacia el cumplimiento, desilusión, reacción violenta’.
De otro lado, el experto en cine del Pontificio Consejo para la Cultura, Mons. Franco Perazzolo, señaló que esta cinta constituye "un vacío más peligroso que cualquier tipo de mensaje desviado". "El género vampiresco combina una serie explosiva de imágenes que atrae siempre a las jóvenes generaciones hacia los extremos, tras lo cual se encuentra el vacío", dijo.
Fuente: www.acipress.com
Foto: Google
Esta segunda parte de la saga muestra a la protagonista Bella Swan, deprimida por la partida de su novio Edward Cullen, el vampiro, que la deja para evitar poner en peligro su vida. Así se acerca a su amigo Jacob Black, quien en realidad es un hombre lobo. En Luna Nueva, Bella acaba de cumplir 18 años pero está llena de cicatrices nunca curadas, no solo exteriores.
Esta cinta ya ha generado el comentario de muchos (críticos profesionales y no profesionales, bloggers y otros) y también la repetición hasta el cansancio de lo ya dicho y escuchado sobre el primer episodio: se trataría de pura propaganda moralmente peligrosa, de un ‘elogio a la represión sexual en sí misma’, de una especie de anuncio cristiano camuflado como best seller juvenil.
Como en Crepúsculo, la opción por hacer hablar a los ‘monstruos’ como los vampiros y los hombres lobo es un eficaz instrumento expresivo que permite ponerse uno mismo ante el enigma de la libertad y la misteriosa pulsión de muerte que envenena la vida generando violencia, infelicidad y caos en el mundo de los humanos, la ‘herida original’ que todos tienen dentro.
Se puede ver, además, la facilidad con la que un afecto profundo o incluso una relación de simple empatía se transforma en una relación de poder, y el gusto amargo de la ‘espinosa realidad’, como escribía Rimbaud, que se revela en la continua repetición del mecanismo de ‘tensión hacia el cumplimiento, desilusión, reacción violenta’.
De otro lado, el experto en cine del Pontificio Consejo para la Cultura, Mons. Franco Perazzolo, señaló que esta cinta constituye "un vacío más peligroso que cualquier tipo de mensaje desviado". "El género vampiresco combina una serie explosiva de imágenes que atrae siempre a las jóvenes generaciones hacia los extremos, tras lo cual se encuentra el vacío", dijo.
Fuente: www.acipress.com
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