Las
dos Guadalupes
Muchos conocemos la historia
de la Virgen de Guadalupe en el Tepeyac, pero ignoramos que en Extremadura,
España, ya había con anterioridad una imagen de la Virgen con ese mismo nombre
de “Guadalupe”.
La
imagen española de la "Guadalupe" es una antigua talla de madera
revestida con ricos mantos de precioso brocado que le confieren una forma
triangular muy del gusto de la época.
Pertenece al grupo de vírgenes
negras de Europa occidental de los siglos XI-XII. Desde el siglo XIV aparece
vestida con ricos mantos y joyas. Su
apariencia es muy diferente al lienzo de la Gaudalupana del Tepeyac, no sólo
por sus rasgos ibérico-bizantinos, sino además porque lleva al Niño Jesús en su
brazo izquierdo; un cetro real en su mano derecha y una gran corona de oro
sobre su cabeza.
Se trata de una talla
sedente, románica, realizada en madera de cedro. La imagen había estado siglos
atrás junto al cuerpo de san Lucas, según el historiador fray Gilberto Cavazos,
ODM, porque el mismo evangelista la había esculpido en el siglo primero.
Había estado expuesta y
venerada en Roma hasta que el Papa Gregorio Magno la regaló al obispo de
Sevilla. En el año 714, en plena invasión musulmana, la imagen fue escondida
junto al río Guadalupejo, nombre que viene de la unión de la palabra árabe
"wad" (río) y la contracción latina "lux-speculum" (espejo
de luz), donde permaneció hasta su posterior hallazgo junto al mencionado río Guadalupejo
o Guadalupe (río escondido en árabe) allá por el año 1326, después de la
expulsión de los moros de aquella zona.
Un
reporte cuenta que había sido escondida en una cueva debajo del campanario de
la Iglesia; otro narra que fue enterrada en un cofre de hierro. De cualquier
manera, el hecho es que fue escondida en la provincia de Cáceres con los
papeles pertinentes que documentan su historia. Aquellos que protegieron
la imagen eventualmente murieron durante la conquista árabe, razón por la cual la
imagen se mantuvo perdida durante los siglos
sufridos por el cristianismo a causa de la ocupación de los moros.
En
ese año 1326 un pastor llamado Gil Cordero relató que mientras buscaba una vaca
perdida, la figura de una Señora radiante emergía de entre los arbustos.
Después de indicarle el lugar que debía excavar para desenterrar su imagen, le
pidió que se le construyera una ermita.
Actualmente la imagen se
encuentra en un impresionante santuario y, además de ser Patrona de Extremadura,
en 1928 recibió el título de Reina de la
Hispanidad. Su fiesta se celebra el 8 de septiembre.
También se la considera
patrona de la evangelización del Nuevo Mundo, porque Cristóbal Colón recibió en el Monasterio de Guadalupe el decreto de
los Reyes Católicos que le permitió emprender el viaje del descubrimiento. A su
vuelta en 1493, lo primero que hizo fue volver al Santuario a agradecer su
protección a la Virgen. De Extremadura partieron multitud de evangelizadores
para las nuevas tierras descubiertas.
La Santísima Virgen María se
apareció también en México, en el Nuevo Mundo, en 1521, y menos de 20 años mas tarde, 9 millones de los habitantes que habían profesado por siglos una religión politeísta
con crueles sacrificios humanos, fueron convertidos al cristianismo.
La raíz fonética del nombre
dado a la Virgen aparecida en México al
parecer se encuentra en el nombre de la de Extremadura. Según algunas teorías el nombre de
la Virgen mexicana fue puesto porque al obispo Juan de Zumárraga le
resultaba difícil de pronunciar su nombre en náhuatl, Coatlaxopeuh, y la
llamó "La Virgen de Guadalupe" por resonancia.
Se
cree que en la aparición a Juan Bernardino, el tío enfermo de Juan Diego,
Nuestra Señora usó el término azteca (lengua náhuatl) "coatlaxopeuh", el
cual es pronunciado “quatlasupe” que suena extremadamente parecido a la palabra
en español Guadalupe. "Coa”
significando serpiente, “tla” el
artículo "la", mientras “xopeuh”
significa aplastar. Así Nuestra Señora se debió haber referido a ella misma
como “la que aplasta la serpiente.”
Fuentes: corazones.org
wikipedia.org
Fray Gilberto Cavazos ofm.
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