¡Ay de mí!
Juan Clemente Zenea
¡Oh! Si tú hubieras
nacido
en una tierra que
existe
lejos, lejos de aquí,
entonces hubieras
sabido
por qué estoy siempre
tan triste
¡Ay de mí! ¡Ay de mí!
En vano busco
consuelo
y bálsamo a mis
enojos
cerca, cerca de ti,
porque me hace falta
un cielo
aún más azul que tus
ojos…
¡Ay de mí! ¡Ay de mí!
En mis continuas
congojas
no adivinas, dueña
mía,
¡cuánto, cuánto
sufrí!
viendo esas plantas
sin hojas
y ese sol pálido y
frío,
¡Ay de mí! ¡Ay de mí!
De tu corazón llagado
haz que un canto al
éter suba,
y expire, expire
allí,
y en tu pecho
reclinado
déjame llorar por
Cuba,
¡Ay de mí! ¡Ay de mí!
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