El
anillo de canales de Ámsterdam cumple 400 años de existencia tras su
construcción en el siglo de oro holandés, cuando esa capital experimentó una
explosión económica y cultural que la convirtió en el centro del conocimiento,
la apertura y la tolerancia que le caracteriza hoy.
Los 120 canales que surcan Ámsterdam,
considerados Patrimonio Cultural de la Unesco desde 2010, son hoy su principal
distintivo y observados a vista de pájaro imitan la estructura de un ordenado
laberinto urbano que invita a perderse en sus entresijos.
Museo de Amsterdam |
La mayor parte de los 40 museos
que alberga la urbe se disponen a la vera del anillo de calles acuáticas
concéntricas, según explicó el director de la organización "Amsterdam
Heritage Museum", Bjorn Stevens.
«Queremos que la ciudad entera
se presente como un escaparate único», explicó a Efe Stevens, que también
recordó que ese organismo se creó en 2011 para reunir conjuntamente los
intereses de los museos grandes y pequeños de la ciudad.
Las residencias señoriales que
presiden majestuosas las orillas de los canales, hoy poblados también con un
total de 2.700 casas flotantes, recuerdan el esplendor de la Edad de Oro, a
caballo entre los siglos XVI y XVII, que los vio nacer.
Casa Museo de Ana Frank |
«Convertida en una ciudad que
atraía a ricas familias judías, en refugio de sefardíes y lugar de acogida de
inmigrantes cultos, Ámsterdam creció en la Edad de Oro de forma sorprendente,
pasando de 50.000 y 200.000 habitantes en 75 años», relató a Efe Sander
Rutjens, el gerente de la exposición sobre los años dorados holandeses que el
Museo de Ámsterdam presenta con motivo del cuarto centenario de la construcción
de los canales.
Prácticos para transportar las
mercancías por agua en el siglo XVII, los canales eran en esa época una especie
de cloaca colectiva llena de basuras lanzadas desde las fachadas oblicuas de
las casas o desprendidas por las embarcaciones.
«El olor insoportable de los
canales en verano provocaba el éxodo de la nobleza y la clase alta de entonces
hacia sus residencias a las afueras», explicó Rutjens desde una sala del Museo
de Ámsterdam coronada con 99 bacalaos secos para reproducir aproximadamente el
hedor que emanaba de las aguas de Ámsterdam hace 400 años.
Aunque hasta 2005 las
embarcaciones siguieron vertiendo al agua gran parte de sus residuos, los
canales se sanean hoy a diario gracias a un sistema de corrientes creado al
abrir unas compuertas con conexión al río Amstel, lo que impide que el agua se
estanque.
Junto al esplendor comercial,
la riqueza de los empresarios propició el desarrollo científico, especialmente
el médico, representado magistralmente en el lienzo "Lección de
Anatomía" del pintor holandés Rembrandt van Rijn (1606-1669).
Ámsterdam también se convirtió
en el corazón de la libertad de expresión y de religión, herencias que mantiene
en la actualidad. Para el alcalde de Amsterdam, su ciudad vive su "Tercera
Edad de Oro", siendo la sede de 2.200 compañías internacionales y contando
con una de las redes de internet más rápidas de Europa.
El apego a las bicicletas causa
sin embargo problemas "difíciles de resolver" en la ciudad, que con
sus 900.000 habitantes y 350.000 bicis, no acaba de encontrar soluciones
efectivas al aparcamiento ordenado de este medio de transporte.
El aniversario de los canales
coincide también con el 125 jubileo de otra destacada atracción cultural de la
ciudad: la emblemática y prestigiosa sala de conciertos
"Concertgebouw", con una de las mejores acústicas europeas en su sala
principal.
Para
celebrar ese aniversario, el "Concertgebouw" abrió hoy al público sus
puertas para escuchar los ensayos de la Orquesta de Ámsterdam, dirigida por el
letonio Mariss Jansons, quien sorprendentemente, es tan solo la sexta de las
batutas que ha dirigido a la orquesta desde su fundación en 1888.
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