Jesús, milagro en Caná
El mayordomo probó el agua convertida en vino
sin saber de dónde
venía
(los sirvientes si lo sabían, pues habían sacado el agua),
y entonces llamó
al novio y le dijo:
- Todo el mundo pone primero el vino bueno
y cuando ya están
bebidos, el peor;
tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora.
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos,
manifestó su gloria
y creció la fe de sus discípulos en él.
Juan
2, 1-11
Que sea yo buen vino, Señor,
que irradie música y alegría
cuando brote el escenario
de la tristeza y la angustia
Que sea yo buen vino, Señor,
que lleve la esperanza y el optimismo
a un mundo que llora perdido.
Que cargue las tinajas
de los corazones de las personas
con tu Palabra
que todo lo colma y satisface
y que convierta el vinagre
de muchas historias
en el dulce vino
de tu fraternidad y de tu
Evangelio.
Javier Leoz,
Betania.es
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