20 de enero de 2013

REFLEXIÓN



Jesús, milagro en Caná

El mayordomo probó el agua convertida en vino
 sin saber de dónde venía
(los sirvientes si lo sabían, pues habían sacado el agua),
 y entonces llamó al novio y le dijo:
- Todo el mundo pone primero el vino bueno
 y cuando ya están bebidos, el peor;
tú en cambio has guardado el vino bueno hasta ahora.
Así, en Caná de Galilea Jesús comenzó sus signos,
manifestó su gloria
y creció la fe de sus discípulos en él.
Juan 2, 1-11

Que sea yo buen vino, Señor,
que irradie música y alegría
cuando brote el escenario
de la tristeza y la angustia

Que sea yo buen vino, Señor,
que lleve la esperanza y el optimismo
a un mundo que llora perdido.
Que cargue las tinajas
de los corazones de las personas
con tu Palabra 
que todo lo colma y satisface
y que convierta el vinagre 
de muchas historias
en el dulce vino 
de tu fraternidad y de tu Evangelio.

Javier Leoz, Betania.es

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