22 de agosto de 2012

CLAUDE DEBUSSY


Claude Debussy


Perdido, prácticamente ignorado entre las noticias de la actualidad cultural, pasa hoy el sesquicentenario del nacimiento de un gran músico: Claude Debussy.

Claud-Archille Debussy nació en Saint-Germain-en-Laye, Francia, hace hoy ciento cincuenta años, el 22 de agosto de 1862. Fue, junto con Maurice Ravel, una de las figuras más prominentes de la música impresionista. Debussy es uno de los más importantes compositores franceses y una figura central en la música europea de finales del siglo XIX y comienzos del siglo XX.

Era hijo de Manuel-Achille Debussy y Victorine Manoury. Su padre regentó una tienda de porcelana y más tarde trabajó en una imprenta. Llegó a capitán de la guardia nacional al servicio de la Comuna  y fue condenado por ello a cuatro años de prisión, de los que cumplió el primero. Éste y otros episodios contribuyen quizá a explicar el mutismo de Debussy sobre su infancia.

Aunque en ocasiones se ha calificado a sus padres de modestos empleados sin ambiciones culturales o impulsos artísticos, esta idea no parece cierta. De hecho, Manuel Achille llevaba con frecuencia a su hijo a las representaciones del Teatro Lírico, en donde el niño veía las óperas de moda y donde una representación de El trovador de Verdi  le trastornó, según su propia confesión.

Su estudios de música los comenzó en Cannes. De allí a París, a su famoso Conservatorio. Surgieron sus primeras composiciones y luego marchó a Italia. Su estancia allí estuvo marcada por varias enfermedades, una casi nula productividad compositiva y, en contraste, el encuentro con muchas obras literarias y artísticas.  Leyó a Beaudelaire, Vernaine, Mallarmé…  y sus composiciones de la época revelan esas influencias literarias.  

Noctámbulo y asiduo a los ambientes de café, de escasos recursos económicos y con variados problemas personales, Claude Debussy atravesó periodos de depresión y otros de auge y notoriedad pública. El progresivo distanciamiento de sus padres o la ruptura de su compromiso con Thérèse Roger (la intérprete que estrenó «La Démoiselle élue» y «Proses lyriques») no impidieron su ritmo de trabajo febril. Así, de 1892 a 1894 datan sus creaciones más reveladoras, todas para orquesta.

En 1894 se estrenó  su Preludio a la siesta de un Fauno basado en un poema bucólico de Mallarmé  que también fue ilustrado por el pintor impresionista Manet.  

El tríptico sinfónico La mer supuso un nuevo salto adelante en el desarrollo de su estilo y un alejamiento de la estética de su ópera Péllea et Mélisande,   que no todos sus seguidores comprendieron ni aceptaron. Fue compuesto en 1903, si bien no lo terminó hasta 1905.

La Mer, junto a “La Siesta del Fauno” y sobre todo el conocidísimo  “Claro de Luna”,  son tal vez las obras musicales de Claude Debussy que más han trascendido en popularidad a través del siglo y medio que ya data de su nacimiento.  

En 1909 le diagnosticaron un cáncer que acabaría con su vida 9 años después. Murió el 25 de marzo de 1918, a cuatro días del comienzo de una poderosa ofensiva de los alemanes en Arrás, 150 km al norte de París en los inicios de la Primera Guerra Mundial.
Fuentes: http://labellezadeescuchar.blogspot.com
wikipedia.org

 
El célebre Claro de Luna de Debussy es una de las cuatro piezas que conforman la Suite Bergamasque, si bien el proyecto inicial, de 1890, no la contemplaba. En una revisión muy posterior, en 1905, Debussy sustituyó dos de las cuatro piezas originales. El Claro de Luna es uno de estos reemplazos y posiblemente la pieza que terminó por hacer popular a la suite completa.

La versión es del pianista estadounidense Thomas Labé:

EL AÑO QUE VIENE EN MARID?


¿El año que viene en Madrid?

 Gina Montaner


No era la primera vez que un par de políticos europeos entraba en Cuba con el fin de apoyar a la acorralada disidencia. Antes del fatídico suceso del pasado 22 de julio que le costó la vida a los opositores Oswaldo Payá y Harold Cepero, un buen número de activistas extranjeros había logrado contactar en la isla con grupos disidentes. A pesar de que la dictadura cubana penaliza cualquier ayuda a la oposición democrática, activistas a favor de los derechos humanos han conseguido distribuir ordenadores o fotocopiadoras que son útiles para difundir los dazibaos* que el régimen de La Habana pretende sofocar.

Por esa razón cuando el español Ángel Carromero y el sueco Jens Aron Modig se dispusieron a viajar con el líder del Movimiento Cristiano de Liberación, y Cepero, figura emergente de la disidencia, con la intención de ver de cerca el brote de cólera que afecta a la parte oriental de la isla, no imaginaron que su periplo desembocaría en la trágica pérdida del opositor cubano más respetado fuera y dentro del país.

A diferencia de Payá y el propio Cepero, habituados al constante acoso y las amenazas del gobierno castrista, el dirigente de Nuevas Generaciones del Partido Popular y el político democristiano sueco seguramente creyeron que a su regreso contarían abundantes anécdotas sobre su aventura cubana. Basta con leer los últimos Tweets de Carromero desde Cuba, en los que hacía alusión a la necesidad de cambio en una nación que malvive bajo un sistema totalitario.

Hoy se cumple un mes desde que el vehículo que conducía Carromero sufriera un confuso siniestro en una destartalada carretera próxima a Bayamo. Ahora el joven español aguarda ser enjuiciado por homicidio involuntario después de que la fiscalía cubana haya pedido siete años de prisión, tres años y medio de condena por cada una de las víctimas mortales que se cobró el "accidente". En una sociedad con un verdadero estado de derecho el principal imputado no habría sido filmado en un vídeo orquestado por la Seguridad del Estado y en todo momento su familia y representantes legales habrían tenido acceso al reo.

Sin embargo, para desgracia de Carromero (por no hablar de las familias de Payá y de Cepero), está a expensas de las maniobras diplomáticas que se efectúan a la sombra. Los Castro son conocidos por los flagrantes chantajes políticos a los que recurren con el propósito de aleccionar a los extranjeros que se atreven a alentar una suerte de Primavera árabe  en suelo cubano.

Tampoco han servido de ayuda, más bien lo contrario, las declaraciones de Modig, amparado en la coartada de la amnesia más absoluta a la hora de recordar las circunstancias del suceso. La viuda de Payá ha insistido hasta el cansancio en que había indicios de que un coche Lada rojo (vehículo que suelen usar los esbirros del régimen) seguía el coche alquilado. Pero nunca se realizará una investigación independiente, Carromero se autoinculpó en un vídeo manipulado y Modig, antes de hacerse el sueco y a salvo en el exterior, implicó a la hija de Payá en la presunta organización de un grupo disidente que la muchacha ha desmentido. De hecho, con el avatar de @RosaMaríaPayá está empleando las redes sociales para exigir que se sepa toda la verdad sobre las extrañas circunstancias que rodearon la muerte de su padre y de Cepero.

Ángel Carromero pasa sus días y sus noches en una celda de Cuba lamentándose cómo pudo su vida dar un vuelco tan radical, cuando su misión, como tantos antes que él, sólo era la de alentar a los disidentes a buscar avenidas para una transición a la democracia. En el accidentado camino de La Habana a Oriente su supuesto descuido -¿o acaso fue el pánico que le provocó la persecución de un ominoso Lada rojo?- dio al traste con las vidas de dos hombres que se lo habían jugado todo frente a la tiranía de los Castro.

"No es país para los extranjeros ingenuos", debe pensar el vicesecretario de Nuevas Generaciones al contemplar el techo de una celda que podría convertirse en su precario hogar mientras el gobierno español hace malabares con un régimen experto en extorsiones. "¿El año que viene en Madrid?" se pregunta hoy Carromero. Los exiliados cubanos llevan preguntándose hace más de medio siglo, "¿El año que viene en La Habana?"

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* RAE: En la República Popular China, periódico mural a veces manuscrito, generalmente de contenido político, expuesto en lugares públicos.
Fuente: El Nuevo Herald, Miami