Versión cubana de la Sonatina
La Mariela está en
ristre.
¿Qué querrá la Mariela?
sus aullidos son agrios, agria su cantinela:
que se pierde a Hugo Chávez,
que ha perdido a Repsol.
La Mariela está pálida y bufa como un toro,
su discurso agresivo es falto de decoro,
y en el vodka, olvidado, halla al wisky mejor.
San Francisco se puebla
de tiernos pavos reales.
Parlanchina, Mariela habla m.. a raudales
y vestido de rojo
Euse aplaude con ardor.
La Mariela se ríe,
la Mariela nos miente;
la Mariela persigue
por el campo de Oriente
a las Damas de Blanco
con rabia y furor.
¿Piensa, acaso, en la plata de Obama
o la China,
o en el que ha detenido
su Ferrari en la esquina
para ver si le tumba
aunque sea un millón?
¿O en el gay de la isla
de las UMAP sangrantes
que su tío y su padre
se guardan en los guantes,
o en el cuentapropista
de Vertiente o Morón?
¡Ay!, la pobre Mariela de la boca espumosa,
babeante de mentira, de mentira espantosa,
que con frases ligeras nos quisiera embaucar;
para que le creamos que al morir el caballo,
habrá más libertades y cantará otro gallo,
y no morirán balseros en el trueno del mar.
Ya no quiere el Kremlin ni la calle de Arbat,
ni el Lada despintado ni el coñac de ararat,
ahora quiere un Mercedes
con la imagen del Che.
Unos tiernos filetes de finísimo corte
los jamones de Ohio,
los membrillos del Norte,
de Texas las sandalias, de Manhattan, caché
¡Pobrecita Mariela con ojos de gandules!
Sueña con una yuma de ojillos muy azules,
porque la mulatona que vive en el solar
se metió a jinetera y la acosan los guardias
que custodian La Habana
con sus cien alabardas,
un cartel del CDR y un chivato sin par.
-Calla, calla, Mariela -dice Hillary-. Mira
que con esa muela Yoani se te tira,
te parte en tres pedazos, se arma el titingó,
y el exilio en Miami que no quiere ni verte,
no vota por Obama, cambiará nuestra suerte
y al final, mi chinita, nos jo... las dos.
¿Qué querrá la Mariela?
sus aullidos son agrios, agria su cantinela:
que se pierde a Hugo Chávez,
que ha perdido a Repsol.
La Mariela está pálida y bufa como un toro,
su discurso agresivo es falto de decoro,
y en el vodka, olvidado, halla al wisky mejor.
San Francisco se puebla
de tiernos pavos reales.
Parlanchina, Mariela habla m.. a raudales
y vestido de rojo
Euse aplaude con ardor.
La Mariela se ríe,
la Mariela nos miente;
la Mariela persigue
por el campo de Oriente
a las Damas de Blanco
con rabia y furor.
¿Piensa, acaso, en la plata de Obama
o la China,
o en el que ha detenido
su Ferrari en la esquina
para ver si le tumba
aunque sea un millón?
¿O en el gay de la isla
de las UMAP sangrantes
que su tío y su padre
se guardan en los guantes,
o en el cuentapropista
de Vertiente o Morón?
¡Ay!, la pobre Mariela de la boca espumosa,
babeante de mentira, de mentira espantosa,
que con frases ligeras nos quisiera embaucar;
para que le creamos que al morir el caballo,
habrá más libertades y cantará otro gallo,
y no morirán balseros en el trueno del mar.
Ya no quiere el Kremlin ni la calle de Arbat,
ni el Lada despintado ni el coñac de ararat,
ahora quiere un Mercedes
con la imagen del Che.
Unos tiernos filetes de finísimo corte
los jamones de Ohio,
los membrillos del Norte,
de Texas las sandalias, de Manhattan, caché
¡Pobrecita Mariela con ojos de gandules!
Sueña con una yuma de ojillos muy azules,
porque la mulatona que vive en el solar
se metió a jinetera y la acosan los guardias
que custodian La Habana
con sus cien alabardas,
un cartel del CDR y un chivato sin par.
-Calla, calla, Mariela -dice Hillary-. Mira
que con esa muela Yoani se te tira,
te parte en tres pedazos, se arma el titingó,
y el exilio en Miami que no quiere ni verte,
no vota por Obama, cambiará nuestra suerte
y al final, mi chinita, nos jo... las dos.
DEL BLOG DE MANUEL VÁZQUEZ PORTAL.
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