Ha muerto Amelia Martí,
integrante del dúo Hermanas Martí
Amelia Martí (Cuca), la última integrante del Dúo Hermanas Martí, ha
fallecido el pasado domingo en La Habana
a los 90 años de edad.
Del DÚo de las Hermanas Martí algunos decían,
desaprobando, que eran muy clásicas, en una época en que ―en el ámbito
trovadoresco fundamentalmente― la mayoría de los compositores trabajaban de
memoria y solo Villalón era capaz de escribir sus propias partituras.
La familia contribuyó al amor por la música. Nacidas y criadas en el hoy municipio de Marianao, de adolescentes tuvieron que residir en el poblado de Remedios, en la parte central de la Isla. Allí pudieron escuchar en vivo a Alejandro García Caturla. El padre de las hermanas era un conocido abogado a quien le gustaba cantar acompañándose de la guitarra, aunque para sus hijas prefería un futuro lejos de la farándula. Un tío, sin embargo, las impulsaba por el camino de la música, y tanto, que finalmente estudiaron en la Academia Municipal de Música de La Habana, y Amelia ―cariñosamente conocida como Cuca― fue más lejos estudiando guitarra clásica hasta recibir premios por la interpretación de Choros, del brasileño Heitor Villa-Lobos.
Sus interpretaciones se enriquecieron. El gran músico cubano Rodrigo Prats dijo de ellas que vestían la trova de frac; Nelson Camacho exponía que no eran sopranos ni trovadoras, sino sencillamente la hermanas Martí.
En su repertorio había de todo. Cantaban a Sindo y a Manuel Corona. Con una composición de este último, "Hijo Mío", debutaron en agosto de 1938 en el famoso programa radial La Corte Suprema del Arte, y en ese mismo espacio ganaron reconocimiento interpretando la criolla-bolero "Como un arrullo de Palmas". El tema, de la autoría de Ernesto Lecuona, fue agregado al repertorio a instancia de David Rendón, director de la agrupación musical que acompañaba al desfile de cantantes que pasaban por el programa.
"Como un arrullo de Palmas" se convertiría con el tiempo en carta de presentación del dúo, que tenía en su haber piezas tales como No te rías, La Palma, Recuerda, morena mía, Mares y Arenas, No quisiera olvidarte, Morir amando, Una mirada, La Alfonsa, La Guinda, Idilio, Canto de un Jilguero, Veinte años...
A los muchos compositores a los cuales les cantaron, sumaron también a Eliseo Grenet y Gonzalo Roig, entre los clásicos; y entre los compositores y trovadores a Orlando de la Rosa, Isolina Carillo, Tania Castellanos, Carlos Puebla y Martha Valdés.
En broma, Berta y Amelia han contado que muchos decían que Sindo las enamoraba, Corona las mataba y Villalón las enterraba, haciendo alusión a los ideotemas y estilos de las piezas que estos trovadores acostumbraban a usar en sus composiciones.
Pero también hubo tiempos difíciles: cobraban cinco pesos por actuación, así que alternaban con las costuras y las modas.
La familia contribuyó al amor por la música. Nacidas y criadas en el hoy municipio de Marianao, de adolescentes tuvieron que residir en el poblado de Remedios, en la parte central de la Isla. Allí pudieron escuchar en vivo a Alejandro García Caturla. El padre de las hermanas era un conocido abogado a quien le gustaba cantar acompañándose de la guitarra, aunque para sus hijas prefería un futuro lejos de la farándula. Un tío, sin embargo, las impulsaba por el camino de la música, y tanto, que finalmente estudiaron en la Academia Municipal de Música de La Habana, y Amelia ―cariñosamente conocida como Cuca― fue más lejos estudiando guitarra clásica hasta recibir premios por la interpretación de Choros, del brasileño Heitor Villa-Lobos.
Sus interpretaciones se enriquecieron. El gran músico cubano Rodrigo Prats dijo de ellas que vestían la trova de frac; Nelson Camacho exponía que no eran sopranos ni trovadoras, sino sencillamente la hermanas Martí.
En su repertorio había de todo. Cantaban a Sindo y a Manuel Corona. Con una composición de este último, "Hijo Mío", debutaron en agosto de 1938 en el famoso programa radial La Corte Suprema del Arte, y en ese mismo espacio ganaron reconocimiento interpretando la criolla-bolero "Como un arrullo de Palmas". El tema, de la autoría de Ernesto Lecuona, fue agregado al repertorio a instancia de David Rendón, director de la agrupación musical que acompañaba al desfile de cantantes que pasaban por el programa.
"Como un arrullo de Palmas" se convertiría con el tiempo en carta de presentación del dúo, que tenía en su haber piezas tales como No te rías, La Palma, Recuerda, morena mía, Mares y Arenas, No quisiera olvidarte, Morir amando, Una mirada, La Alfonsa, La Guinda, Idilio, Canto de un Jilguero, Veinte años...
A los muchos compositores a los cuales les cantaron, sumaron también a Eliseo Grenet y Gonzalo Roig, entre los clásicos; y entre los compositores y trovadores a Orlando de la Rosa, Isolina Carillo, Tania Castellanos, Carlos Puebla y Martha Valdés.
En broma, Berta y Amelia han contado que muchos decían que Sindo las enamoraba, Corona las mataba y Villalón las enterraba, haciendo alusión a los ideotemas y estilos de las piezas que estos trovadores acostumbraban a usar en sus composiciones.
Pero también hubo tiempos difíciles: cobraban cinco pesos por actuación, así que alternaban con las costuras y las modas.
Eran tiempos en que el dúo Las Hermanas Martí era el mejor de Cuba, y hacían frecuentes presentaciones en el teatro América y también en Radio Cine.
A este último iban preocupados los artistas, porque las entradas eran más baratas y el público no muy selecto, que al menor motivo armaba la de San Quintín. Según se dice llegaron a chiflar, incluso, al gran Pedro Vargas quien hizo ademán de salir del escenario y si no lo hizo fue porque según le gritaron, gustaba, y que la rechifla era solo...por gordo.
Del dúo hay otra anécdota que no tiene desperdicio: una de las hermanas Martí confesó que en una ocasión, en el mismo escenario de Radio Cine, hacía una presentación de la pieza que interpretarían a continuación; se extendió demasiado hablando y un chusco del público les gritó a voz en cuello «¡Oye, no hables más y canten, canten!...»
Fuente:web
Las Hermanas Martí fueron en su tiempo el dúo más famoso de Cuba.
ResponderEliminarCantaban como los mismos ángeles y las canciones en sus voces tenían una elegancia y una sutileza que encantaban.
Ya esos tiempos pasaron y ahora en el radio se oye música desaforada que en vez de calmar y encantar, ponen los pelos de punta.
Te felicito, por tu Blog, querida Lolita.
Martha Pardiño