Marlene María Pérez Mateo
Ernest Miller Hemingway pisó suelo cubano por primera vez en 1928 y luego
en dos ocasiones más en 1932. Casi fortuitamente llegó a San Francisco de Paula,
Provincia Habana, y estableció allí su casa, nombrandola “La Vigia”.
Su apego al cristianismo y muy en
particular al catolicismo no es el aspecto más nombrado en sus semblanzas y
biografías. Superan en mucho las referencias a su vida bohemia, aventurera y
errante. Aunque no hay dudas que su hacer literario con justicia ostenta la
mayor de las reflexiones en cuanto a su persona.
Hacer alusión a dos hechos que trazan líneas comunes entre la vida del
escritor y Cuba, es el tema que con gusto elijo en esta secuencia de lo tanto y
tan bueno hecho en este año que recién se inaugura en homenaje al 400
aniversario de tener a “Cachita” en
nuestra bella y buena patria. Sirvan estas reseñas de grato tributo en
esta Fiesta Mariana, donde prefiero tocar con suave pincel y acotar temas,
quizás no de los mas traídos y llevados. Bienhallados estén los gustosos de
acercarse a estas líneas.
Hemingway había pasado por Zaragoza, España, en uno de sus tantos periplos
y allí llegó al Pilar, reconocido sitio de adoración a María y primero de su
tipo en el mundo. Tiempo después en Cuba bautizó a su yate con el nombre Pilar
en correspondencia con su recuerdo, y seleccionó de patrón al pescador Gregorio
Fuentes, recientemente fallecido a la edad de 104 años. De sus incursiones
marinas nace “El Viejo y el Mar”. Aunque gran parte de sus libros nacieron en
Cuba total o parcialmente.
En 1954 se le otorgó al escritor el
Premio Nobel de las Letras. Él mismo calificó “inmensa deuda con el pueblo
cubano” el haber recibido tan alto honor,
y llevó hasta el Santuario del Cobre la medalla acreditativa de dicho
reconocimiento. Él confesó no haber encontrado mejor lugar que a los pies de la
Virgen de la Caridad para hacer tangible su gratitud.
Mucho tiempo después vi en dicho
Santuario, en el área de las reliquias y
milagros ,el preciado galardón. Conocí a la religiosa que recibió a
Hemingway el día de su visita al lugar y
cuando hizo la entrega de su premio. Para entonces era ya muy anciana. En una
ocasión la medalla fue robada pero se recuperó rápidamente.
La virgen morena fue depositaria del fruto en la larga carrera del más
amado norteamericano en Cuba.
Marlene Maria Perez Mateo
Septiembre
5, 2011
Reseña Nº 1
Lugar:Elizabeth , New Jersey
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