Navidad de sangre en Nigeria
Por segunda vez consecutiva, Boko Haram ha atentado durante las navidades y como muestra de su ambición nacional, sólo este año ha asesinado a 491 personas según cifras de la agencia AP. Ayer la milicia islamista comenzó con una bomba en la iglesia católica de Santa Teresa, en Madala, una ciudad a 40 kilómetros de la capital, Abuya. «La misa justo había terminado y la gente se apresuraba a salir del templo, cuando de repente se escuchó un fuerte ‘gbam’.
Los coches estaban en llamas y había cuerpos tirados por todas partes», dijo Nnana Nwachukwu a Reuters. Otro testigo, Timothy Onyekwere, narró que «estaba en la iglesia con mi familia cuando escuché la explosión. Simplemente salí corriendo. Ahora no sé dónde están ni mis hijos ni mi mujer. No sé a cuántos han asesinado, pero hay muchos muertos».
Sólo en esta iglesia católica, según el director de la Agencia Nacional de Emergencias de Nigeria (NEMA), Mohammed Sani Sidi, han fallecido 35 personas. Aunque muchos familiares siguen buscando a los suyos, Sani Sidi dio ayer por concluidas las tareas de rescate. Uno de los heridos, que tenía las piernas hechas pedazos por la explosión, fue subido en la ambulancia al tiempo que señalaba con una tenue voz: «Sobreviviré».
Sólo en esta iglesia católica, según el director de la Agencia Nacional de Emergencias de Nigeria (NEMA), Mohammed Sani Sidi, han fallecido 35 personas. Aunque muchos familiares siguen buscando a los suyos, Sani Sidi dio ayer por concluidas las tareas de rescate. Uno de los heridos, que tenía las piernas hechas pedazos por la explosión, fue subido en la ambulancia al tiempo que señalaba con una tenue voz: «Sobreviviré».
Horas después de la primera bomba, hubo estallidos en la iglesia de la Montaña del Fuego y Milagros, en la ciudad céntrica de Jos, y otro en el estado norteño de Yobe, en el pueblo de Gadaka, donde al cierre de esta edición no se habían contabilizado muertos aunque sí había decenas de heridos. Según publicó el diario «Daily Trust», un policía perdió la vida en las inmediaciones del templo cristiano de Jos, lugar que hace tan sólo una semana fue amenazado por los milicianos de Boko Haram, que por cierto en el lenguaje hausa, significa «la educación no islámica es pecado».
El presidente Goodluck Jonathan, cristiano procedente del sur que trata de contener la amenaza islamista, calificó ayer la oleada de atentados mortales de «desafortunados» pero también indicó que Boko Haram «no estará presente siempre. Algún día terminará». De hecho, muchos analistas ven en la victoria de Jonathan en las elecciones de abril, la fractura entre los estados ricos en petróleo del sur, de mayoría cristiana, y las regiones musulmanas del norte, cuyos líderes negaron los resultados de los comicios en los que venció con un 58,8% de los votos.
Recogido en larazon.madrid
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