25 de diciembre de 2011

¡UN NIÑO NOS HA NACIDO!


¡Un Niño nos ha nacido!

¿Dónde descubrir tu rostro,
Dios invisible y Santo?
¡Vamos! ¡Vayamos!
¡Nos aguarda el Misterio de los siglos!
Allá, al fondo,
 en una gruta traspasada por el frío
contemplaremos y encontraremos
al Dios con nosotros:

 Ahora, al verte pequeño y en un pesebre,
descubrimos los quilates de tu amor.
Sabemos que nos faltarán
muchas cosas en la vida,
pero que a partir de ahora
nunca nos faltarás Tú.

¿Por qué tanto empeño y tanta locura?
¿Acaso no sabes
 lo que te aguarda en este mundo?
¿Has olvidado
que los niños no son bien recibidos?
¿No te has enterado, oh Dios,
que confundimos amor con placer,
felicidad con tener, o tregua con paz?

 Nos duele que un Dios tan divino,
sea humano.
Que desciendas tanto y tan radicalmente.
¿No era suficiente hablar
desde el espacio celeste?
¿No estarás arriesgando demasiado
en esa cuna
que es preludio y camino de otra,
también de madera,
levantada en un alto en forma de cruz?

Hoy, en este día de Navidad,
y aunque nos duela adorarte pobre e infante
cantamos tu llegada
y nos felicitamos por nuestra suerte.

Es posible la salvación y la vida futura,
que los hombres seamos más hermanos,
que la veleta de nuestra existencia
apunte hacia el cielo:
Que Dios sea
la garantía de nuestro mañana.

Javier Leoz, betania.es

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