16 de octubre de 2011

REFLEXIÓN: EL DOMINGO DEL DENARIO

 
El domingo del denario
Cuando confundo lo divino con lo humano
y me quedo sólo con lo segundo.
Cuando, volcado de lleno en lo superficial,
olvido que Tú existes desde los mismos inicios de mis días.

Cuando escuchando tu Palabra
me quedo con aquellas escritas por el presente,
entonces, Señor, sólo entonces,
me doy cuenta que sirvo demasiado
al “césar” de este mundo.
 
¿CÉSAR O TÚ, SEÑOR?

Cuando dedicado al intercambio de monedas
no veo que la mayor riqueza soy yo,
como persona y como hijo tuyo
como llamado a la vida y a la gracia,
a la santidad, a la sencillez
y a la adoración en tu presencia.

Cuando, pendiente de lo que acontece a mi alrededor
te doy las migajas de unos minutos de oración
o las prisas de una misa rutinaria.
Cuando, soñando con ser grande
dejo de lado aquel cielo
en el que, para entrar, he de ser pequeño

¿CÉSAR O TÚ, SEÑOR?

Que no me olvide, oh Señor,
que Tú eres el centro de todo.
Que no me olvide, Señor,
de orientarme desde Ti y contigo.
Que no me olvide, Señor,
que –el cielo y la tierra-
son todo obra de tu mano.
Que no me olvide, Señor,
que entre los “césares”
que intentan manipular mi conciencia,
sólo Tú, Señor,
tienes derecho a entrar en ella.

Javier Leoz,
www.betania.es

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