20 de octubre de 2011

EL FUSIL POR LOS GARBANZOS

El fusil por los garbanzos:
la tradición del “desarme” en Oviedo

Tras la muerte de Fernando VII, quien abolió la Ley Sálica (que no permitía a una mujer heredar el trono), se produjo una división entre su hija (Isabel) y Carlos,  hermano del fallecido monarca. Los carlistas apoyaban los derechos al trono del príncipe Carlos, partidario de mantener el régimen absolutista y los fueros, mientras los isabelinos defendían un régimen liberal y la legitimidad de la hija de Fernando VII. Comenzó así la Primera Guerra Carlista que fue una guerra civil desarrollada en España entre 1833 y 1840.

En este contexto existen tres teorías principales para establecer las raíces de la celebración culinaria que se tiene en Oviedo cada 19 de octubre.

La primera ellas se basa en que el 1 de noviembre de 1833 los liberales isabelinos desarmaron a los voluntarios realistas en la plazuela del Real Castillo (Fortaleza de Oviedo), después de haberles servido un rancho, por lo que, para comer desembarazadamente, dejaron las armas en pabellón, que les fueron retiradas.

Otra de las tres teorías aduce que el 6 de julio de 1856 varios batallones carlistas establecidos en Lugo de Llanera esperaban órdenes para caer sobre Oviedo. Los vecinos y defensores liberales, no ofrecieron resistencia. Planearon preparar un rancho abundante de garbanzos con espinacas y bacalao, sumado a enormes cacerolas de callos, todo ello con abundante vino de acompañamiento. Los batallones ante tal banquete poco habitual disfrutaron de una profunda siesta, momento en que los vecinos aprovecharon para requisarles el armamento. Coincide este testimonio en el menú de lo que más tarde se llamó «desarme» aunque no su fecha.

Tercera hipótesis: la Batalla de Oviedo el 19 de octubre de 1836. Al declararse a ciudad de Oviedo partidaria de Isabel II era lógico que se tuviera que enfrentar al ataque de tropas carlistas. En efecto, el 19 de octubre de 1836 entraba en la capital ovetense la columna del carlista Pablo Sanz y Baeza. Hubo fuertes enfrentamientos aunque al cabo la resistencia triunfó y los soldados fueron agasajados con una copiosa comida, que con el tiempo conmemoraría la victoria de las tropas isabelinas sobre las columnas del general Sanz durante la guerra Carlista. Este hecho coincide en la fecha pero no en el menú de la celebración.

Y desde hace más de un siglo se celebra tradicionalmente en Oviedo el día 19 de octubre “el Desarme”. Invariablemente el menú está formado por garbanzos con bacalao y espinacas, callos y arroz con leche. Exalta las generosidades otoñales de los productos del campo y mar asturianos. Los restaurantes ovetenses ofrecen ese día más de 20,000 menús en todos sus establecimientos, uniendo tradición e historia en torno a la buena mesa ante la que se convocan grupos de familias, amigos, compañeros de trabajo y visitantes en los distintos restaurantes para degustar tal suculento menú.

Esta celebración anual, mantenida de generación en generación, no pasa desapercibida para el visitante al ver la calidad de los platos fijos y el mantel compartido al conocer su arraigada tradición y la singularidad de la conmemoración ovetense. Prueba de su éxito son las últimas iniciativas de extender desde hace unos años el evento por diversos concejos del oriente y occidente asturiano, aunque la cita obligada es su cuna, la ciudad de Oviedo.

Y finalizando la celebración, recomiendan consumarla como aquellos milicianos de tiempos pasados, lejos de las armas y con una buena siesta.

Ayer los ovetenses celebraron de nuevo “el desarme”. Hablé por teléfono con mi familia en la ciudad, y me contaron del suculento y tradicional menú. Ya habían dormido la siesta y consideraban terminar el día «con una cena ligera».

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