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MIGUEL ÁNGEL LOREDO OFM,
LEYENDA DEL PRESIDIO POLÍTICO CUBANO
- Juan
Carlos Chávez
El
Nuevo Herald
Miguel Angel Loredo, el sacerdote franciscano
convertido en una viviente leyenda del presidio político cubano, fue internado
hace una semana en un hospital de St. Petersburg, en el norte de la Florida,
afectado por una apoplejía y complicaciones renales.
Loredo, de 72 años, permanece en condición estable pero su estado continúa
siendo delicado, dijo a El Nuevo Herald Angel de Fana, ex compañero de celda de
Loredo cuando cumplían largas condenas en la isla.
“Lamentablemente sufrió una parálisis y tiene problemas renales”, comentó
De Fana, director del grupo Plantados Hacia la Libertad y la Democracia en
Cuba, radicado en Miami. “Sabemos que es un proceso, pero hacemos votos para su
rápida recuperación. Loredo es muy querido y respetado por todos”.
Loredo fue encarcelado en abril de 1966, acusado de dar albergue en la Iglesia
de San Francisco de Asís, en La Habana Vieja, al autor de un intento de
secuestro de un avión de Cubana de Aviación, durante el cual murió el piloto.
También se le acusó de esconder armas. Condenado a 15 años, sufrió el rigor de
golpizas, vejaciones y trabajos forzados en las prisiones de Isla de Pinos, La
Cabaña, Guanajay y El Príncipe
A partir de 1984, Loredo radicó por largas temporadas en Puerto Rico, Nueva
York e Italia dedicado a su obra pastoral y a denunciar las violaciones contra
los derechos humanos en Cuba.
El columnista de El Nuevo Herald y ex prisionero político Nicolás Pérez
dijo que Loredo es un vivo ejemplo para la comunidad.
“El ha asumido la dignidad de la Iglesia Católica cubana y lo seguimos
necesitando”, indicó.
Juan Clark, profesor emérito de Sociología del Miami Dade College y ex
compañero de escuela de Loredo, se mostró esperanzado en que podrá superar esta
crisis.
“Loredo ha tenido un rol muy activo en la cuestión de la defensa de los
derechos humanos y el trabajo con la juventud cubana”, dijo Clark. “Siempre ha
sido una espina muy incómoda para el régimen”.
Reproducido de El Nuevo Herald
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