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OBITUARIO
MIRTA
DE PERALES
- Por Arturo Arias-Polo,
El Nuevo Herald
Mirta de Perales, una de las primeras hispanas en
triunfar en Estados Unidos en la industria de la cosmetología, falleció el 3 de
mayo en su residencia de Miami Beach, víctima del mal de Alzheimer. Tenía 88
años de edad.
Rica y famosa en Cuba hasta 1962, año en que partió
al exilio acompañada por sus dos hijos y con $5 en la cartera, Perales retomó
su carrera en Miami tras ganarse la vida arreglando cabezas y pies, tal como en
sus años juveniles. Con el tiempo, puso en práctica su experiencia, su olfato
para los negocios y su indiscutible carisma y fundó Mirta de Perales Inc., el
emporio que distribuye sus productos a nivel nacional y Puerto Rico.
Mirta de
Perales Inc. ubicada en Doral, tiene 10 trabajadores. Desde hace una década
está dirigida por Mirta C. Perales, de 57 años, hija de la célebre empresaria.
“Mirta se adelantó a su tiempo en técnicas de
mercadeo”, señaló Mari Rodríguez Ichaso, cineasta y corresponsal de la revista Vanidades
en Nueva York, cuando se remontó a aquellos Cinco minutos con Mirta de Perales,
el programa dominical de la televisión cubana que surgió cuando no era
frecuente que una mujer promoviera sus productos a través de su propio espacio.
Mirta Raya,
conocida internacionalmente por el nombre Mirta de Perales, nació el 2 se
septiembre de 1922 en Rancho Veloz, Las Villas, Cuba, donde solía cortarle el
pelo a sus vecinas a cambio de un pago ínfimo, mientras su madre trabaja en la
capital de empleada doméstica. “Cuando reunió algunos centavos le pasó un
telegrama a su mamá que decía ‘¡mamá, ven, que ya estamos ricos!’ ”,
evocó su ejecutiva de cuentas.
A los 14 años, Mirta decidió abrirse paso en La Habana, donde colocó un
anuncio en un periódico en el que ofrecía sus servicios de peluquera y manicura
a domicilio, sin conocer la ciudad. Hasta que conoció a Benito Perales, un
farmacéutico 10 años mayor que ella con el que se casó el 6 de enero de 1944 en
la iglesia Nuestra Señora del Carmen. Andando el tiempo la pareja tuvo dos
hijos y consolidó la firma de productos para el cabello que la haría famosa. Se
separó a principio de los década de 1960.
En 1962 la empresaria se marchó de Cuba “para no volver” con sus hijos tras
sufrir un arresto de nueve días en la fortaleza de El Morro por negarse a
abandonar su salón de belleza ante el temor de que fuera expropiado por el
gobierno comunista, lo que finalmente sucedió.
Luis Cuervo, subdirector de la Cámara de Comercio Latina en Estados Unidos
(Camacol), destacó que De Perales “marcó pauta y se convirtió en un símbolo de
su comunidad mientras se mantuvo activa”. Y en el plano personal, “era una
mujer muy sociable, aunque no daba mucho acceso a su vida privada”.
El legado de Mirta de Perales fue reconocido por el presidente Ronald
Reagan en una ceremonia en La Casa Blanca donde éste le dijo en su discurso:
“tú eres el sueño americano”.
Los servicios fúnebres de la empresaria se realizaron de manera privada en
la Iglesia de Saint Kevin. Su hijo, el sacerdote Jorge Perales, de 59 años,
ofició la misa de réquiem. Aparte de sus hijos, le sobreviven sus nietos Jorge
y Cristina Echevarría.
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