Queridos todos, aquí
os queda el testimonio acompañando a Jesús a su entrada en Jerusalén. Me habría
gustado ver a Jesús desde los brazos de la mujer samaritana pero no me faltaron
los de mamá, tita Cristina y el abuelo. El abuelo me metió con mi padre y mi
padrino entre los hombres de trono para que aprenda a saber a que huele el
sudor del sacrificio y la propia fe, que también tiene su aroma en mi tierra.
Que tengáis una buena Semana Santa.
Besitos, Nicolás
(Nicolás,
ya todo un cofrade, en su primera Semana Santa malagueña)
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