22 de abril de 2011

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El comunismo cubano se renueva:
Castro por Castro


Fidel (84 años) renuncia a liderar el partido y da paso a Raúl (79 años)

LA RAZÓN, Madrid,
Ángel Sastre - Corresponsal en Iberoamérica

Buenos Aires - Al final todo quedó en familia. Con la excusa de siempre, la de apuntalar las llamadas reformas, Raúl tomó el relevo de su hermano Fidel Castro al frente del Partido Comunista, sin grandes cambios. 

El anunciado «relevo generacional» resultó ser «puro cuento cubano» y como se esperaba, la cúpula del partido quedó presidida por barbudos octogenarios y burócratas. La sorpresa la dio Fidel, que ataviado con su nuevo «look» de civil, chándal con camisa a cuadros, aparecía sujetado por un ayudante en la última jornada del Congreso. El plenario lo ovacionó de pie.

El Partido Comunista de Cuba –el único– eligió como segundo al veterano José Machado Ventura, de 80 años y primer vicepresidente de la isla. Una decisión que inquieta a los cubanos y da al traste con la recomendación del propio Raúl de limitar a dos periodos de cinco años cada uno la permanencia en cargos del Gobierno y del partido a fin de «rejuvenecer» la cúpula. Pero como ya dijo el dictador hace dos días: los cachorros están muy verdes todavía.

También fue elegido el martes el buró político del partido, de 15 miembros, con tan sólo tres de ellos nuevos (un 20%). «Asumo mi última tarea con la firme convicción y compromiso de honor de que el primer secretario del comité central del Partido Comunista  tiene como misión principal y sentido de su vida defender, preservar y perfeccionar el socialismo y no permitir jamás el regreso del régimen capitalista», dijo el «nuevo» líder del PCC.

El momento tragicómico lo ponía Raúl al bromear con su hermano, y explicar al auditorio cómo le convenció para que dejase el poder. «Pero como tú comprenderás donde quiera que yo me aparezco asumo y él que asume manda, y cuando yo me siento usted se aparta para un lado, entonces entendió y aceptó», dijo el presidente entre risas.

Por su parte, en un artículo publicado ayer en el periódico oficial «Granma», Fidel Castro oficializó su renuncia y su negativa a ocupar un cargo en la directiva del Partido, aunque dejó claro que continúa siendo consultado por su hermano. «Raúl conocía que yo no aceptaría en la actualidad ningún cargo en el Partido; él había sido siempre quien me calificaba de primer secretario y comandante en jefe», dijo Fidel en sus «reflexiones».

El VI Congreso del PCC, que se ha extendido cuatro días y reunió a cerca de 1.000 delegados, aprobó además 300 reformas con las que buscan modernizar una economía golpeada por una crisis de liquidez y cuya aplicación preocupa a los cubanos, acostumbrados por décadas a alimentos y servicios subsidiados.

Desde que Raúl Castro asumió oficialmente la Presidencia en 2008, pese a haberla ejercido informalmente desde dos años antes, dijo que su Gobierno buscaría mejorar la vida de los cubanos y ha criticado el exceso de paternalismo reinante por medio siglo. 

Algunas medidas, como el recorte de subsidios de alimentos, que Raúl Castro considera una «carga insoportable» para el Estado, han sido recibidas con preocupación por los cubanos, que deben subsistir con bajos salarios. Pese a todo, Raúl continuará las reformas «sin prisas pero sin pausa», aunque mantendrá servicios gratuitos de salud y educación.

CONCLUSIONES
Las reformas fantasma

El VI Congreso del PCC mantiene la prohibición de acumular bienes y capital, básico para que las anunciadas reformas tengan algún impacto en el día a día de los cubanos. La supuesta apertura al sector privado sólo busca recolocar al medio millón de funcionarios que serán despedidos ante la imposibilidad de pagar sus nóminas.


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