5 de diciembre de 2010


¿A QUIÉN ENGAÑAN?

** Fernando J. Milanés, MD

**  El nuevo dictador de Cuba, Raúl Castro, anunció cambios en el sistema de salud, incluyendo consolidación de servicios, reducción de personal y una mayor exportación de médicos al extranjero con vista a disminuir gastos y aumentar divisas. Por muchos años estoy cansado de oír las maravillas del sistema de salud en Cuba, inclusive de las personas que admitían la existencia de un régimen totalitario. 

Es importante notar que en mis contactos con mis colegas cubanos en reuniones científicas, encontraba profesionales de gran calidad y dedicación y que en privado me manifestaban sus frustraciones. 

Anterior al año 1959, existía en Cuba un sistema médico basado en una relación directa con el paciente, mas una industria medica de mutualidades fundada en un sistema capitalista y servicios para los necesitados pagados por organizaciones benéficas, sindicatos y grupos sociales y por ultimo tratamientos desde primario a terciarios gubernamentales. 

Hace más de cincuenta años el sistema de salud cubano, contaba con un médico por cada 960 personas (décimo en el mundo y superior a países como Inglaterra, Méjico, etc.), y la más baja mortalidad infantil entre países latino-americanos y superior a Canadá, Francia, Japón e Italia. El índice de mortalidad era el tercero más bajo en el mundo, con un 5.8, comparado con un 7.6 en Canadá y un 9.5 en EEUU. 

Otro de los argumentos de Castro y sus admiradores de que anteriormente los mejores tratamientos eran exclusivos de las clases privilegiadas, se han demostrado falsos e hipócritas al haberse comprobado que en el presente la elite y los extranjeros gozan de facilidades muy superiores al resto de la población. Otra triste admisión, es la de que se envían profesionales al extranjero con vistas a enriquecer a la cúpula, costumbre que en cualquier país civilizado se denominaría esclavitud.

A la persona que le pudiera interesar servicios centralizados comparados con unos definidos por la libre empresa, solo tiene que estudiar a Cuba antes y después, considerando todo el progreso que hubiera logrado nuestro país después de 50 años, si hubiera tenido un gobierno democrático.

Fernando J. Milanés MD
Dic 4, 2010

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