21 de agosto de 2010


María Estuardo

Ana Dolores García

Había nacido el 8 de diciembre de 1542 y con apenas 6 días de nacida fue proclamada Reina de Escocia al ocurrir la repentina muerte de su padre Jacobo V. Coronada Reina con tan sólo 9 meses, su vida siempre estuvo determinada por intrigas de poder, personal, políticas o religiosas que se desenvolvieron en torno a su figura.


María de Guisa, actuando como Regente durante la infancia de su hija, arregló desde entonces su matrimonio con Eduardo, hijo de Enrique VIII. Poco después -temerosa de la ambición del rey inglés que pretendía la custodia de su futura nuera-, rompió el compromiso existente. Las represalias del poderoso monarca no se hicieron esperar e invadió Escocia.

María de Guisa se alió entonces a los franceses, quienes corrieron en su ayuda. La pequeña niña Reina quedó prometida en matrimonio al recién nacido delfín Francisco, hijo del Rey de Francia Enrique II, y con sólo 5 años de edad fue llevada a Francia por razones de seguridad. Allí vivió durante diez años y recibió una esmerada educación.

En 1558, a sus dieciséis años, se celebraron sus esponsales con el Delfín. Un año más tarde, al fallecer el Rey y ascender su marido al trono como Francisco II, María Estuardo se convirtió en Reina de Francia.

Además, María seguía a su prima Isabel en la línea de sucesión al trono de Inglaterra. E Isabel no tenía descendientes. Era una época tumultuosa en la que importantes grupos de creyentes se separaron de la Iglesia Católica inconformes con algunos de sus dogmas, dando origen a las Iglesias "Protestantes". En Inglaterra, Enrique VIII, animado más por motivos personales que religiosos, había fundado su propia Iglesia. Los católicos ingleses consideraban a Isabel como bastarda, por lo que apoyaban a María, católica, como legítima sucesora de su abuelo, pero éste, explícitamente, había excluido a los Estuardo de la sucesión al trono.

María enviudó al poco tiempo de casada. Su segundo hijo ocupó el trono francés con el nombre de Carlos IX y la Regencia fue desempeñada por la abuela del infante, Catalina de Médicis. María regresó a su Reino de Escocia, donde también acababa de fallecer su madre María de Guisa. Los intereses políticos determinaron que los franceses no acudieran en defensa de sus pretensiones al trono de Inglaterra. Al contrario, retiraron sus tropas de Escocia y reconocieron a Isabel I como soberana inglesa: se enfrentaban por entonces a la rebelión de los hugonotes en la propia Francia.

María Estuardo se hizo cargo del trono de Escocia con sólo 18 años y muy poca experiencia ante la compleja situación que enfrentaba. Desoyó consejos y concedió poder a su hermano ilegítimo, el conde de Moray, líder protestante. La religión había dividido a Inglaterra y a Escocia. Se la atacaba desde los dos flancos porque no asumía una postura diáfana.

Su prima Isabel la observaba con recelo desde Inglaterra. Nunca llegaron a conocerse personalmente, pero el mayor poder ejercido desde Inglaterra por Isabel se sobrepuso al de María, aspirante peligrosa al mismo trono. Vicisitudes tras vicisitudes se fueron desencadenando y arrastrando a la Estuardo a su trágico destino.

Un segundo matrimonio, esta vez con su primo y líder de los católicos, Enrique Estuardo, (quien tampoco le fuera muy leal políticamente) complicó aún más la situación imperante. De este matrimonio nació un hijo: Jacobo, futuro Rey de Escocia cuando María, años después, se viera obligada a abdicar. Enrique Estuardo murió asesinado y un nuevo personaje al que se le consideraba relacionado en este asesinato, Bothwel, obtuvo el favor de la todavía reina y se convirtió en su tercer esposo.

A partir de entonces la caída de la Reina fue más estrepitosa. Dividido el país, y en guerra, insatisfechos tanto católicos como protestantes, la propia nobleza se volvió contra María, la hicieron prisionera y la obligaron a abdicar. Logró escapar disfrazada de lavandera, con la idea fija de recuperar el trono de Irlanda. Su ejército fue derrotado y entonces buscó refugio en Inglaterra, donde fue capturada a los tres días de pisar suelo inglés.

Se la acusó de complicidad con Bothwel en el asesinato de su segundo esposo, Enrique Estuardo, hecho que nunca se pudo comprobar. Aparecieron entonces ocho cartas que se dijo fueron escritas por la Reina a Bothwel. Ella nunca las reconoció como suyas, y su autenticidad ha sido negada por los historiadores.

Fue mantenida en cautiverio durante diez y ocho años, a conveniencia de Isabel, hasta que ésta cedió a la presión de los miembros del parlamento que exigían fuera procesada por traición. Se argumentó que había participado en numerosas conspiraciones contra la Reina, y que ello la hacía rea de muerte.

Fue decapitada el 8 de febrero de 1587 y ha pasado a la Historia como "la reina mártir". Sepultada en un principio en la catedral de Peterborough, su hijo Jacobo I, rey de Inglaterra y de Escocia, posteriormente ordenó el traslado de sus restos a la abadía de Westminster, donde descansan bien cerca de los de su prima y enemiga, Isabel I de Inglaterra.

La vida de María Estuardo ha sido tema frecuente de novelas, óperas, teatro y cine. Inspiró al escritor alemán Friedrich Schiller para su drama María Stuart, en el cual se basó posteriormente Donizetti para una ópera. Mención aparte merece la magnífica biografía escrita por Stefan Zweig.

Hasta el presente y con más o menos acierto, su vida ha sido llevada a la pantalla en cuatro oportunidades. Los filmes más notables han sido el personificado por Katherine Hepburn en 1936, la "María, Reina de Escocia" de Vanessa Redgrave y Glenda Jackson en 1972, y la más reciente "Elizabeth: La Edad de Oro", apenas en 2005, con Cate Blanchett y Samantha Morton.

Ana Dolores García
©2008
Foto: Google
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