16 de agosto de 2010

El origen de los delfines


Leyenda mitológica
del origen de los delfines

Una vez, siendo todavía un joven, Dionisos, el dios del vino, miraba al mar desde un precipicio, y unos piratas, lo vieron. Como llevaba los vestidos y los mantos tan ricos y brillantes, pensaron que era el hijo de un rey:

-Lo raptaremos -dijo el capitán- y pediremos un rescate importante a su padre. Así lo hicieron; anclaron la nave, se encaramaron escondidos entre las rocas, se abalanzaron sobre él y lo sentaron en el barco, atado con cadenas.

Él los mira, "sonriendo con sus ojos azules como el cielo" ¡y las cadenas le caen de las manos!

-¡Desgraciados! -dijo el timonel-. Seguro que este chico que hemos secuestrado es un dios. ¿Quién sabe si es Apolo o Poseidón?

-¡Pobres de nosotros! Dejémoslo ir, no le hagamos ningún daño: ¡que no nos castigue con un terrible viento de levante y nos hunda la nave!

-¡Callad miedosos! -respondió el patrón-. Llevémoslo a su país, que debe ser Egipto, y que sus padres nos paguen con riquezas. No creo que sea un Dios, sino un príncipe.

Toda la cubierta se llenó, de pronto, de un vino perfumado y delicioso; los palos y las velas se cubrieron de vides y parras, con sus hojas y racimos de uvas. Una hiedra de hojas verde oscuro y bayas negras trepó por los otros palos, y coronas floridas, de repente, surgieron entre las estacas a las cuales se atan los remos.

Entonces Dionisio se transformó en un león muy feroz, e hizo aparecer un gran oso a su lado.

Los piratas, enloquecidos y asustados, se arrojaron al mar y una vez allí se convirtieron en delfines, cuyas almas seguían siendo de piratas, pero piratas arrepentidos. La leyenda dice que por eso los delfines acompañan y salvan a los náufragos, porque son aquellos piratas que quieren expiar su culpa.

Reproducido de
http://memoriassobrepapel.blogspot.com
Ilustración: Google, Fresco de los delfines, Palacio del rey Minos, Creta.

No hay comentarios:

Publicar un comentario