15 de agosto de 2010


Prepara, María,
una goma, para que Dios borre mis pecados,
un traje de fiesta, para que me pueda presentar ante Dios,
un corazón grande, para que Dios pueda habitar en él,
un calzado nuevo, para que no ensucie las calles del cielo.

Prepara, María,
con tus manos, mi alma dispuesta para Dios,
con tus ojos, miradas limpias para ver a Dios,
con tus pies, caminos por los que encuentre al Señor,
con tu humildad, actitudes de acogida y de perdón.

Prepara, María,
el día en el que pueda presentarme ante Dios
sin más tesoro que la fe,
sin más inversiones que la caridad,
sin más pretensiones que la esperanza.

Tu Asunción, María, es un destello de luz
que nos enseña el futuro que nos espera.
Gracias, María.

Javier Leoz, Betania.es
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