Curiosidades
Todos sabemos que los caballos son herbívoros, todos menos uno, el caballo que es montado por el Rey Felipe III y que se encuentra en la Plaza Mayor de Madrid.
En un principio la estatua estaba en la Casa de Campo, hasta que en 1848 la reina Isabel II ordenó el traslado a la Plaza Mayor.
Durante todos estos siglos el caballo se elimentó de cientos de pajarillos que tuvieron la desgracia de meterse en su boca para buscar cobijo. Los incautos pájaros en vez de cobijo encontraban una trampa mortal, pues quedaban atrapados en el interior de la estatua, en la más absoluta oscuridad y sin escapatoria, esperando una muerte larga y cruel.
Nadie sabía que esto estaba ocurriendo hasta que en 1931 unos exaltados derribaron la estatua y la hicieron pedazos, descubriendo un verdadero cementerio de pajarillos en el interior del caballo.
Cientos y cientos de pequeños esqueletos y plumas salieron a la luz para asombro de los que presenciaban la escena, exaltados incluidos.
Al final de la Guerra Civil se restauró la estatua y aprovecharon para sellar la boca al caballo, impidiendo así que otros miles de pájaros corrieran la misma suerte.
Foto: Google
En un principio la estatua estaba en la Casa de Campo, hasta que en 1848 la reina Isabel II ordenó el traslado a la Plaza Mayor.
Durante todos estos siglos el caballo se elimentó de cientos de pajarillos que tuvieron la desgracia de meterse en su boca para buscar cobijo. Los incautos pájaros en vez de cobijo encontraban una trampa mortal, pues quedaban atrapados en el interior de la estatua, en la más absoluta oscuridad y sin escapatoria, esperando una muerte larga y cruel.
Nadie sabía que esto estaba ocurriendo hasta que en 1931 unos exaltados derribaron la estatua y la hicieron pedazos, descubriendo un verdadero cementerio de pajarillos en el interior del caballo.
Cientos y cientos de pequeños esqueletos y plumas salieron a la luz para asombro de los que presenciaban la escena, exaltados incluidos.
Al final de la Guerra Civil se restauró la estatua y aprovecharon para sellar la boca al caballo, impidiendo así que otros miles de pájaros corrieran la misma suerte.
Foto: Google
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