Te añoro en el silencio del recuerdo.
por tí he sufrido y he clamado tanto,
que cada gota triste de mi llanto
tórnase verso, agongojado y lerdo.
Por no penar más, mis labios muerdo
hundido en la penuria del quebranto.
sólo anhelo la sombra de tu manto
para cubrir la angustia en que me pierdo.
Cuánto diera por verte enardecida,
rugiendo cual leona acorralada
o arengando al combate en la trinchera.
Rota la frente, con el alma herida,
perdido el Gorro Frigio en la jornada,
pero enhiesta, soberbia y altanera.
Y después, Ave Fénix renacida,
abrazando en patriótica jornada,
a mi Escudo, a mi Himno y mi Bandera.
por tí he sufrido y he clamado tanto,
que cada gota triste de mi llanto
tórnase verso, agongojado y lerdo.
Por no penar más, mis labios muerdo
hundido en la penuria del quebranto.
sólo anhelo la sombra de tu manto
para cubrir la angustia en que me pierdo.
Cuánto diera por verte enardecida,
rugiendo cual leona acorralada
o arengando al combate en la trinchera.
Rota la frente, con el alma herida,
perdido el Gorro Frigio en la jornada,
pero enhiesta, soberbia y altanera.
Y después, Ave Fénix renacida,
abrazando en patriótica jornada,
a mi Escudo, a mi Himno y mi Bandera.
Orestes A. Pérez
Miami, Fl.
Libreonline.com
Ilustración: web
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