Obama le da al régimen de Castro
en Cuba
un rescate inmerecido
En
los últimos meses, las perspectivas para el régimen castrista en Cuba estaban
volviéndose incesantemente más oscuras. Las modestas reformas adoptadas en los
últimos años para mejorar las pésimas condiciones económicas se habían
detenido, debido a la negativa del régimen a permitir a los cubanos unas
mayores libertades. Peor aún, el acelerado colapso económico de Venezuela
significaba que los enormes subsidios que han mantenido a los Castro a flote
durante la década pasada estaban en peligro.
El miércoles, los Castro
de repente obtuvieron un amplio auxilio financiero de parte de la
administración Obama. El presidente Obama concedió al régimen toda la lista
de deseos que estaba en su mano el poder otorgar (un levantamiento total del
embargo comercial requiere la acción del Congreso). Se establecerán relaciones
diplomáticas completas, se revisará la inclusión de Cuba en la lista de
patrocinadores del terrorismo y se levantarán las restricciones sobre la
inversión de Estados Unidos y la mayoría de los viajes a Cuba. Esa
liberalización proporcionará a La Habana una nueva fuente de ingresos que
necesita desesperadamente y eliminarán la ventaja de los Estados Unidos a
la hora de implementar las reformas políticas.
Como parte del trato, La
Habana puso en libertad a Alan Gross, un contratista de la Agencia para el
Desarrollo Internacional de Estados Unidos que fue encarcelado injustamente
hace cinco años por tratar de ayudar a judíos cubanos. También fue liberado
un agente no identificado de la inteligencia de Estados Unidos en Cuba, al
igual que tres espías cubanos que habían sido condenados por operaciones en
Florida que en 1996 llevaron al derribo por parte de Cuba de un avión que
transportaba a activistas anticastristas. Aunque el Sr. Obama intentó
retratar la liberación del Sr. Gross como independiente respecto al intercambio
de espías, no cabe ninguna duda de que el aparato de inteligencia radical de
Cuba obtuvo exactamente lo que buscaba cuando hizo del Sr. Gross un rehén de
facto.
No es de extrañar que Yoani
Sánchez, una blogger disidente líder de Cuba, concluyera este
miércoles que "el castrismo ha ganado" y predijera que durante
semanas los cubanos tendrán que soportar proclamaciones de que el Gobierno
cubano es el "vencedor de su última batalla".
Obama argumentó que su
cambio radical de política se debe a que la estrategia de aislar al régimen
comunista "ha tenido poco efecto". De hecho, Cuba ha sido marginada
en las Américas durante décadas y el régimen ha sido privado de los recursos
financieros que hubiera podido utilizar para extender su influencia perjudicial
sobre la región, como lo ha hecho Venezuela. El hecho de que el embargo no
haya logrado destruir el comunismo no explica por qué todas las sanciones
deberían levantarse sin concesiones políticas significativas por parte de Cuba.
Funcionarios estadounidenses
dijeron que el régimen accedió a liberar a 53 presos políticos y permitió un
mayor acceso a Internet. Pero Raúl Castro prometió hace cuatro años liberar
a todos los presos políticos, por lo que la Casa Blanca ha comprado el
mismo caballo ya vendido al Vaticano y a España.
El Gobierno dice que su
decisión transformará las relaciones con América Latina, pero eso es ingenuo.
Los países que previamente exigieron el fin de las sanciones de Estados Unidos contra
Cuba ahora no esperarán las reformas de La Habana, al contrario, presionarán a
la administración Obama para que no sancione a Venezuela. Obama dice que
normalizar las relaciones permitirá a Estados Unidos ser más eficaces en la
promoción de un cambio político en Cuba. Esto es contrario a la experiencia
de Estados Unidos con los regímenes comunistas como Vietnam, en los que la
normalización durante dos décadas no dio lugar a ninguna mejora en materia de
derechos humanos. Por otra parte, nada del expediente del Sr. Obama, lleno de
un tibio e inconstante apoyo al cambio democrático en todo el mundo, puede
hacer que la Sra. Sánchez y sus compañeros luchadores por la libertad confíen
en esta promesa.
Un resultado similar al de
Vietnam es lo que los Castro están esperando: Multitud de turistas e
inversión empresarial estadounidenses que permitirán al régimen mantener su
sistema totalitario indefinidamente. Obama puede seguir afirmando que ha
desmantelado una política fallida de más de 50 años; lo que ha hecho realmente
es darle a un régimen fracasado de 50 años nueva vida.
Este es un
editorial del diario The Washington Post, el 17 de diciembre de 2014.
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