17 de febrero de 2013

BERTONI LLEVA EL TIMÓN




Bertoni lleva el timón

El 28 de febrero a las 20 horas el cardenal Tarcisio Bertone se convertirá temporalmente en la figura más importante del Gobierno de la Iglesia. Tras hacerse efectiva la renuncia de Benedicto XVI, este salesiano de 78 años será el hombre clave del período conocido como «sede vacante» por su doble responsabilidad como carmarlengo y como secretario de Estado. Durante las alrededor de tres semanas que pasarán entre el fin del pontificado del Papa Ratzinger y el inicio del de su sucesor, a él le corresponderá llevar el timón de la barca de San Pedro.

Su mayor responsabilidad será organizar el cónclave en el que será elegido el nuevo obispo de Roma. Como camarlengo, un título que distingue su relevancia dentro del Colegio Cardenalicio, tendrá que convocar a todos los purpurados menores de 80 años. Es por ello que su cargo no queda suspendido durante el período de «sede vacante», a diferencia de los otros máximos responsables de los dicasterios de la Curia romana. Aunque aún no hay fecha para el cónclave, la agencia francesa I.Media afirma que podría comenzar el 10 de marzo.

Bertone aúna un tercer cargo que le hará protagonista en el momento de elección del nuevo Papa. El decano del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, tiene más de 80 años, por lo que no puede participar en las votaciones. Será pues el secretario de Estado quien lleve la voz cantante en las sesiones de esta particular asamblea.

Nacido en un pueblecito de la provincia de Turín, estudió en un colegio de los salesianos, donde surgió su vocación sacerdotal, que le llevó a ingresar en esta congregación religiosa. Su ordenación episcopal llegó en 1991, cuando se hizo cargo de la archidiócesis de Vercelli. En los cuatro años que permaneció como pastor de esta zona arrocera del Piamonte tejió una red de amistades por toda Italia y en la Curia romana gracias a los paquetes de arroz que enviaba como regalo.

De Vercelli pasó a la Santa Sede en 1995, cuando fue nombrado «número dos» de la Congregación para la Doctrina de la Fe. El prefecto de este dicasterio vaticano era entonces el cardenal Ratzinger. Durante siete años Bertone trabajó codo con codo con el que luego se convertiría en Benedicto XVI. De la Curia saltó a una de las archidiócesis de peso de Italia, Génova, lo que le abrió las puertas del Colegio Cardenalicio. Un año después de la muerte de Juan Pablo II llegó su nombramiento como secretario de Estado de su antiguo jefe en Doctrina de la Fe.
Reproducido de La Razón, Madrid.

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