Bertoni lleva el timón
El 28 de febrero a las 20 horas
el cardenal Tarcisio Bertone se convertirá temporalmente en la figura más
importante del Gobierno de la Iglesia. Tras hacerse efectiva la renuncia de
Benedicto XVI, este salesiano de 78 años será el hombre clave del período
conocido como «sede vacante» por su doble responsabilidad como carmarlengo y
como secretario de Estado. Durante las alrededor de tres semanas que pasarán
entre el fin del pontificado del Papa Ratzinger y el inicio del de su sucesor,
a él le corresponderá llevar el timón de la barca de San Pedro.
Su mayor responsabilidad será
organizar el cónclave en el que será elegido el nuevo obispo de Roma. Como
camarlengo, un título que distingue su relevancia dentro del Colegio Cardenalicio,
tendrá que convocar a todos los purpurados menores de 80 años. Es por ello que
su cargo no queda suspendido durante el período de «sede vacante», a diferencia
de los otros máximos responsables de los dicasterios de la Curia romana. Aunque
aún no hay fecha para el cónclave, la agencia francesa I.Media afirma que
podría comenzar el 10 de marzo.
Bertone aúna un tercer cargo
que le hará protagonista en el momento de elección del nuevo Papa. El decano
del Colegio Cardenalicio, Angelo Sodano, tiene más de 80 años, por lo que no
puede participar en las votaciones. Será pues el secretario de Estado quien
lleve la voz cantante en las sesiones de esta particular asamblea.
Nacido en un pueblecito de la
provincia de Turín, estudió en un colegio de los salesianos, donde surgió su
vocación sacerdotal, que le llevó a ingresar en esta congregación religiosa. Su
ordenación episcopal llegó en 1991, cuando se hizo cargo de la archidiócesis de
Vercelli. En los cuatro años que permaneció como pastor de esta zona arrocera
del Piamonte tejió una red de amistades por toda Italia y en la Curia romana
gracias a los paquetes de arroz que enviaba como regalo.
De
Vercelli pasó a la Santa Sede en 1995, cuando fue nombrado «número dos» de la
Congregación para la Doctrina de la Fe. El prefecto de este dicasterio vaticano
era entonces el cardenal Ratzinger. Durante siete años Bertone trabajó codo con
codo con el que luego se convertiría en Benedicto XVI. De la Curia saltó a una
de las archidiócesis de peso de Italia, Génova, lo que le abrió las puertas del
Colegio Cardenalicio. Un año después de la muerte de Juan Pablo II llegó su
nombramiento como secretario de Estado de su antiguo jefe en Doctrina de la Fe.
Reproducido de La Razón,
Madrid.
No hay comentarios:
Publicar un comentario