9 de junio de 2013

ANTONIO MUÑOZ MOLINA, PREMIO PRÍNCIPE DE ASTURIAS DE LAS LETRAS



Antonio Muñoz Molina,
Premio Príncipe de Asturias
de las Letras
 ABC, Madrid

El escritor Antonio Muñoz Molina ha sido galardonado con el Premio Príncipe de Asturias de las Letras. Un galardón con el que el jurado reconoce la condición del intelectual comprometido con su tiempo.  

Al galardón optaban dieciocho candidaturas procedentes de once países, entre las que figuraban las de autores como Luis Goytisolo o Haruki Murakami, y Muñoz Molina se impuso en la última ronda de votaciones del jurado al autor irlandés John Banville.

Muñoz Molina es el autor más joven que gana el premio Príncipe de Asturias de las Letras a lo largo de sus treinta y tres ediciones.

El capitán Nemo y Julio Verne fueron los culpables de que aquel niño de doce años moldeara en su cabeza la idea de ser escritor. Era, más o menos, 1968, y Antonio, Antonio Muñoz Molina, que había nacido en la localidad jiennense de Úbeda en 1956, ya dedicaba buena parte de su tiempo, entre clase y clase, a la lectura. Mark Twain, Stevenson, Agatha Christie, Dumas… poblaban las horas de aquel chaval hijo de una familia muy humilde. Su padre se dedicaba a las labores del campo y su madre, como se decía entonces, «a sus labores».

Antonio Muñoz Molina creció escuchando a casi todas horas la radio. Los seriales radiofónicos y los programas musicales, sobre todo. Estudiar se le daba bien y sus profesores convencieron a sus padres de que debía seguir estudiando, algo poco común entre los niños de clase trabajadora de entonces.

Teatro revolucionario
Concluido el bachillerato, Antonio Muñoz Molina se trasladó a Madrid para estudiar Ciencias de la Información y, queriendo o no queriendo, para meterse en política. Soñaba con escribir obras de teatro revolucionarias, pero su primer contacto con la revolución fue algo traumático. Fue detenido en la capital de España cuando participaba en una manifestación ante la ejecución del anarquista Salvador Puig Antich. Aquella detención, según el escritor «acentuó mi tendencia natural al miedo».

Pero el novelista empezaba a nacer. Antes, se trasladó a Granada a estudiar Geografía e Historia, y en la ciudad andaluza empezó a trabajar en el periódico «Ideal», al tiempo que preparaba su primera novela, Beatus ille, que apareció en 1986.

Novelas y premios
Un año después, en 1987, gana el Premio de la Crítica y el Nacional de Narrativa por El invierno en Lisboay en 1991 el Planeta por El jinete polaco, novela por la que vuelve a obtener el Nacional de Narrativa al año siguiente.

Otras de sus obras más destacadas son Beltenebros” (1989), “El viento de la luna” (1997). En 2009 publicó “La noche de los tiempos”, un monumental trabajo que recrea el hundimiento de la Segunda República Española y el inicio de la Guerra civil.

En 1995 fue elegido miembro de la Real Academia Española para ocupar el sillón «u», y leyó su discurso de ingreso, “Destierro y destiempo de Max Aub”, un año después.

Está casado con la también escritora Elvira Lindo y vive entre Madrid y Nueva York, donde dirigió el Instituto Cervantes.

Según sus propias palabras, «la literatura es mi afición y mi trabajo, pero no creo que sea lo más importante de la vida, ni mucho menos que se baste para darle sentido. Más que la literatura me importa el bienestar de las personas que quiero. Creo que el escritor continúa el oficio inmemorial de los narradores de cuentos, que daban forma mediante relatos orales a la experiencia compartida del mundo. Contar y escuchar historias no es un capricho, ni una sofisticación intelectual: es un rasgo universal de la condición humana, que está en todas las sociedades y arranca en la primera edad de la vida».

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