Las rosquillas
de san Blas
Blas de Sebaste,
venerado como san Blas, fue un médico, obispo de Sebaste en Armenia (actual
Turquía). Vivió como ermitaño en una
cueva en el monte Argeus y murió mártir durante las persecuciones a los
cristianos realizadas por el emperador romano Licinio en los comienzos del
siglo IV. Es el patrono de Paraguay, de Dubrovnik (Croacia) y de muchas
ciudades de España e Hispanoamérica.
Se le considera también patrono de los enfermos de
garganta debido a los milagros que se le atribuyen en ese sentido. Según una leyenda, san Blas salvó a un niño de morir ahogado por una espina de pescado.
Por este
motivo, el 3 de febrero es tradicional bendecir unos cordones de colores
conocidos como "cordones de San Blas" y colocárselos en el
cuello. Igualmente es tradicional en las iglesias el bendecir las gargantas
mientras se hace una invocación al santo. Y no podían faltar los dulces típicos,
como recipientes de la protección de las
gargantas que se atribuye al Santo, y que incluye también la bendición de los
alimentos que se ingieren. Entre esos dulces típicos las que acaparan el favor
popular son las rosquillas, bendecidas en muchas iglesias al término de la
celebración litúrgica de ese día.
Así ocurre
en una iglesia de Jaén, Andalucía, La Magdalena, en la que se llegan a vender entre
5,000 y 6,000 bolsas al precio de un euro, que se destina a obras sociales o
de caridad.
En el refranero español hay múltiples frases y sentencias populares que
hacen referencia a san Blas:
Por san Blas la cigüeña verás, y si no la vieres: año de nieves.
Por san Blas: hora y media mas. (Tiempo mas que dura la luz solar al haber
transcurrido ya mes y medio desde el comienzo del invierno).
O este otro que aparte de piadoso, no deja de ser práctico:
San Blas bendito, cúrame la garganta y el apetito.
Dos recetas de rosquillas
(Eva Arguiñano)
Rosquillas de san Blas
Estas rosquillas cubiertas con glaseado comenzaron a popularizarse a finales del siglo XIX. Probablemente es uno de los productos más consumidos en las romerías de san Blas. Eva Arguiñano nos sugiere esta receta en la que opta por hacerlas en el horno para obtener unas rosquillas con poca grasa.
Ingredientes
(25-30 rosquillas):
- 500 gr. de harina
- 7 huevos
- 2 cucharadas de azúcar
- 125 ml. de aceite virgen extra
- 2 cucharadas soperas de anís
- - Para el baño:
- 4 claras de huevo
- 400 gr. azúcar glas
- un chorrito de anís
Elaboración de la receta de rosquillas de San Blas
Pon los
huevos, el azúcar, el anís y el aceite en un recipiente amplio. Incorpora la
harina (poco a poco) y amasa con las manos hasta que quede una masa
homogénea.
Coge
porciones del tamaño de una ciruela y, sobre la mesa ligeramente untada de
aceite, haz unas tiras. Para formar las rosquillas, únelas por los extremos.
Colócalas sobre papel de horno e introdúcelas en el horno (previamente
calentado) a 165º C durante 20 minutos. Déjalas enfriar.
Bate las
claras con una batidora de varillas eléctrica e incorpora el azúcar, sin dejar
de batir. Agrega el anís y sigue batiendo hasta conseguir un merengue espeso.
Báñalas
por un lado y deja que se sequen. Colócalas en una fuente y si quieres, puedes
adornar las rosquillas de San Blas con un ramillete de grosellas y unas hojas
de menta.
Consejo: Las claras de huevo se montan mejor a temperatura ambiente y añadiéndoles
unas gotas de zumo de limón o una pizca de sal gruesa. El recipiente y el
batidor deben estar bien limpios y secos.
Vídeo:
Rosquillas de anís
Ingredientes
(4 personas):
- 1/2 copita de anís
- 1/2 vaso de aceite
- 3 cucharadas de azúcar
- 10 cucharadas de harina
- 3 huevos
- unos anises verdes
- Para la glasa:
- 100 gramos de azúcar glas
- un chorrito de agua
Elaboración de las rosquillas de anís
Mezcla el
aceite, el anís, los huevos y el azúcar. Ve añadiendo la harina y mezclando con
una varilla hasta que la masa se suelte de las paredes del recipiente (puede
admitirte más o menos cantidad de harina).
Después,
amasa con las manos. Trabaja esta mezcla en una superficie enharinada y deja
reposar unos 30 minutos. A continuación, estira un cilindro delgado y da forma
a las rosquillas.
Colócalas
sobre una placa de horno forrada con un papel antiadherente (o bien untada con
aceite y harina). Hornea a 200 grados durante 8-10 minutos. Deja enfriar y
báñalas con una glasa que habrás preparado mezclando el azúcar glas con un poco
de agua.
Adorna las
rosquillas con los anises y sirve.
Consejo: Las rosquillas te servirán como postre, para desayunar o
merendar. Según el momento del día, la puedes acompañar con
moscatel, anís, café o chocolate.
Cómo conservar las rosquillas: Las
rosquillas se mantienen más tiempo frescas si una vez frías las colocas en una caja
de cartón y luego las cierras con papel plástico.
No hay comentarios:
Publicar un comentario