30 de octubre de 2012

EL AZAFRAN, ORO ROJO



El oro rojo


Al azafrán  se le ha denominado el oro rojo por su valor. ¿Por qué es tan caro el azafrán?  


Porque su cultivo debe ser a mano, y la recolección exige que se la haga entre la madrugada y las 10 de la mañana para evitar que la rosa se marchite y que los estigmas pierdan color y aroma. Por último, la monda de la rosa también es un proceso manual y para obtener un kilo de azafrán se necesita una media de 85,000 flores. Se justifica su precio, ¿no?


Y, ¿qué es el azafrán? 


El azafrán, esas hebritas supercaras que dan un sabor tan delicioso tanto a paellas como a cualquier otro plato, es una especia que se obtiene a partir de los estigmas de la flor del Crocus sativus Linnaeus, planta conocida vulgarmente como Rosa del azafrán, que pertenece a  la familia de las Iridáceas y se caracteriza por tener una flor color lila donde destacan el color rojo de los estigmas y el amarillo de los estambres.


La flor  es estéril, ya que se trata de un híbrido que se ha ido manteniendo a lo largo de los siglos debido a lo apreciado de sus estigmas. La reproducción de esta planta se realiza por bulbos. Cada flor   tiene tres estigmas de azafrán, también llamadas hebras, las cuales están unidas en la base por el estilo.

Sus orígenes

Aunque los orígenes del azafrán son confusos, parece casi exacto afirmar que procede de Oriente, ya que su cultivo era ampliamente conocido en Asia Menor en épocas anteriores a Cristo.

Una de las primeras referencias históricas de la aplicación del azafrán procede del Antiguo Egipto, donde era empleado por Cleopatra y otros faraones como esencia aromática y seductora, así como para realizar abluciones en los templos y lugares sagrados.  

También en la Grecia Clásica el azafrán era muy apreciado por sus propiedades aromáticas y cromáticas. Se utilizaba como remedio para la conciliación del sueño y la atenuación de los efectos de los vinos, para realizar baños perfumados y como afrodisíaco.

Los árabes utilizaban el azafrán en medicina por sus propiedades anestésicas y antiespasmódicas. Fueron ellos quienes introdujeron el cultivo del azafrán en España en el siglo IX o X. Testimonios de distinto orden acreditan que el azafrán era un condimento irremplazable en la cocina hispanoárabe de aquella época.

Historias y leyendas

Durante la Edad Media, el azafrán tuvo un gran auge en Gran Bretaña. Cuenta la leyenda que durante la época de Eduardo III un peregrino trajo un bulbo de azafrán oculto en el bastón hueco que portaba desde Oriente a la Ciudad de Walden. Allí se plantó el bulbo y comenzó a reproducirse dando a la ciudad gran prosperidad.

Durante el Renacimiento, Venecia destacó como el más importante centro comercial del azafrán. Ya por aquel entonces el azafrán valía más que su propio peso en oro, e incluso hoy sigue siendo la especia más cara del mundo.

Pero por desgracia su alto precio conducía frecuentemente a su adulteración, que a menudo era duramente castigada. Enrique VIII, quien era un devoto del aroma del azafrán, llegó a castigar con la muerte a aquellos que lo adulteraran.

En la actualidad el azafrán forma parte de la cultura culinaria de distintas regiones del mundo y se cultiva con éxito  en Italia, en España, en el Sur de Francia y en la región del Danubio.  


En un lugar de la Mancha… encontrarás oro rojo



El cultivo de esta especia fue introducido en España por los árabes, siendo entonces  monopolio exclusivo de la alta burguesía andalusí, bajo el dominio de la cual se encontraba la mayor parte de la Península Ibérica, y dentro de ésta la región manchega. Las necesarias condiciones del clima de la meseta castellano-manchega han hecho posible que esta región sea una de las  productoras del mejor azafrán del mundo.

La relevancia de este cultivo dentro de las manifestaciones culturales manchegas se ponen de manifiesto, amén otras no menos pintorescas fiestas,  en  la de la Rosa del Azafrán que desde el año 1963 se celebra  el último fin de semana completo de octubre, (coincidiendo con la recogida de la flor),  en la localidad manchega de Consuegra, apenas a 50 kilómetros de Toledo. 

Cada año la fiesta cuenta con los ya clásicos actos como La Molienda de la Paz y del Amor, los concursos de monda de la rosa del azafrán o el Festival Folklórico Castellano-Manchego, donde participan grupos musicales y de baile de las cinco provincias castellano-manchegas.  Actos que son presididos por la Reina de la Feria, -nada menos que una mítica “Dulcinea”-, y sus damas de honor, y que incluyen también la molienda de trigo en el molino de Sancho con su mecanismo original del siglo XVI, y un apetitoso concurso de Gastronomía de la cocina tradicional manchega. 
  

Como muestra conjunta del carácter tradicional y la importancia económica del azafrán, existe la costumbre -que aún pervive en algunos pueblos manchegos-, de regalar unas briznas de azafrán a la parejas de novios, como símbolo de deseos de prosperidad.

La tradición del cultivo del azafrán en La Mancha está también presente en manifestaciones del folclore típico de la región, existiendo una jota manchega dedicada a este producto; en canciones o refranes, y es el tema de ambientación de la zarzuela que lleva por título: "La rosa del azafrán" (libreto de F.Romero y G. Fernández Show; música de J. Guerrero; estrenada en Madrid en 1930).

Fuentes:
madrilejos.net
MJoseRuiz 
www.turismocastillalamancha.com
http://www.saffron-spain.com

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