La República vilipendiada
Por José Antonio Fornaris
LA HABANA, Cuba, mayo, www.cubanet.org -El 20 de mayo de 1902, a las doce del día, la
bandera estadounidense que por cuatro años había ondeado en los
establecimientos oficiales en Cuba, fue bajada, e izada la de una sola
estrella, la que levantó por vez primera Narciso López en la ciudad de Cárdenas
y que los próceres decidieron, en una asamblea realizada en un poblado llamado
Guáimaro, que era la cubana.
Había nacido la República de Cuba. Tomás Estrada Palma,
electo democráticamente a través de las urnas, tomó posesión como el primer
Presidente de la isla. El general en jefe del Ejército Libertador, Máximo
Gómez, abrazó a otro mayor general, José Miguel Gómez (no eran parientes), y
dijo: «Creo que hemos llegado».
Cronistas de la época afirman que en Cuba, y
principalmente en La Habana, casi nadie durmió la noche antes, y que el júbilo
era desbordante. Fue la apoteosis convertida en felicidad nacional.
Pero aproximadamente unos 60 años después de aquel gran
acontecimiento histórico, el gobierno marxista de Cuba comenzó a decir que
aquello había sido el surgimiento de una “falsa República, una República
mediatizada, una neo colonia yanqui”.
Ese régimen que implantó una ideología extranjera en el
país, descalificó y comenzó a difamar, y prosigue hasta el momento, lo que
aceptó con amor la inmensa mayoría del pueblo cubano. Y tildó, en la práctica
ha sido así, poco menos que de estúpidos e insensatos a todos los luchadores
por la independencia, muchos de ellos hombres intelectuales brillantes, que
llegaron vivos a ese 20 de mayo.
El irrespeto ha sido enorme, pero también ha sido un
error mayúsculo, porque en la actualidad somos posiblemente la única República
en el mundo que oficialmente no reconoce el día de su fundación o de su
independencia. Eso ha contribuido, sin lugar a dudas, a la disminución del
orgullo nacional, lo que a la vez ha menoscabado el propio orgullo personal de
los ciudadanos. Y nos es un secreto que la gente sin orgullo natural ni se
respeta ni respeta a los otros seres humanos.
Pero además, una neo colonia y una falsa república, no es
una república. Entonces, ¿cómo pueden los gobernantes comunistas hablar de la
República de Cuba y decir que son sus representantes si no existe la República?
Hace dos años, después de decenios inactiva, resurgió la
Academia Cubana de la Historia. Algunos de los académicos que la integran, tras
su “resucitación”, (cito de memoria) hablaron de que la institución deseaba
contribuir a esclarecer y situar en su justo lugar los acontecimientos
históricos de Cuba.
Casi de inmediato, doce ciudadanos enviamos una carta a
su presidente, el doctor Eduardo Torres Cuevas, solicitando que los ilustres
académicos pusieran en marcha sus buenos oficios, “para que el 20 de mayo, día
del advenimiento de la República, sea restablecido con todo el reconocimiento y
los honores que la fechas representa para los cubanos y para la historia de
nuestra nación”. Ni siquiera se ha recibido acuse de recibo.
A 110 años de la constitución de la República, los
cubanos tenemos que rescatar por nuestra propia cuenta la importante efeméride
y contrarrestar el perenne vilipendio a la que la someten los medios y voceros
del régimen comunista. Quizás la forma más directa y efectiva sea colocando una
bandera cubana en el portal o en una ventana exterior de nuestras viviendas y
hablándole a nuestros hijos y nietos del 20 de mayo de 1902. Eso, aunque
parezca un esfuerzo intrascendente, vale la pena.
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