La fiesta de los galeones
Por Héctor Juárez Figueredo
Perdida entre la historia y el mito, en esa frontera indefinida entre el documento que no aparece destruido o que, sencillamente, nunca existió- y el recuerdo de los antepasados, está la Fiesta de los Galeones, ocurrida en 1515, en la aún verdaderamente marítima Santa María del Puerto del Príncipe.
La historia de tal celebración, algo modificada, se fue repitiendo de padres a hijos, de abuelos a nietos, durante mas de tres siglos. Finalmente, y tenida como hecho cierto, tres Regidores del cabildo principeño la conservaron para la posteridad.
En 1841, el doctor don José de la Cruz y los licenciados don Manuel Castellanos y don Manuel de Jesús Arango Ramírez integraron una singular Comisión de Regidores. Su tarea, para que el cabildo cumpliera con una indicación del Gobernador y Capitán General de la Isla de cuba, consistía en redactar una compilación de datos históricos de El Príncipe -como también se le decía a nuestra ciudad- a fin de que con ellos un reconocido historiador español, radicado en Cuba como funcionario colonial, hiciera un diccionario.
Ni cortos ni perezosos, los Regidores se valieron de cuanto documento estuvo a su alcance, tanto la papelería oficial como los antiguos cronicones que muchas familias guardaban y actualizaban, así como de los siempre valiosos recuerdos de los ancianos.
Por suerte, además de entregar su trabajo a la máxima autoridad de la colonia, publicaron independientemente su crónica. En 1843, en La Habana y en la Imprenta de la Real Hacienda, apareció como folleto y, como era costumbre entonces, con un título terriblemente largo: "Apuntes para la historia de la Isla de Cuba correspondiente a la siempre fiel, muy noble y muy leal Santa María del Puerto del Príncipe". En esa obra, de acuerdo con la tradición, quedó plasmado el peculiar festejo que da título a este artículo.
La villa estaba aun en el puerto de El Príncipe (actual bahía de Nuevitas), donde justamente un año antes se había oficializado una población que tomó como Patrona a la virgen de la Candelaria. El poblado había tenido su origen en un asentamiento, quizás existente desde 1512 o 1513, habitado por un destacamento militar, varios labradores de la huerta del Rey (que proveía a los soldados de alimentos) y algunos colonos. Cuando hubo el número suficiente de vecinos, se constituyeron en villa, con lo que se independizaron de Baracoa, por entonces capital de Cuba. Y ahora, contemos sobre la Fiesta.
Era el 2 de febrero de 1515. Aquel día se encontraban surtos en la bahía, frente a la villa de Santa María del Puerto del Príncipe, tres navíos. En realidad no eran galeones, sino una nave de gran porte, clasificada por los cronistas como un bergantín (aunque realmente debió tratarse del barco conocido como nao) y dos carabelas.
El calificativo galeones debió habérsele adjudicado a las embarcaciones participantes en el festejo mas tarde, después de la segunda mitad del siglo XVI cuando ya los verdaderos galeones surcaban el mar Caribe.
La mayor de las naves estaba al servicio del gobernador Diego Velázquez de Cuéllar. Había llegado con víveres y herramientas para los colonos y para recoger el oro que debía tributarse a la Corona de España. El precioso metal se trasladaría hacia Bayamo, donde un platero que regenteaba la Fundición Real transformaría pepitas y arena aurífera en los anhelados lingotes.
Los dos barcos menores estaban de tránsito, en busca de agua fresca, leña y provisiones de boca, entre las cuales estaba el necesario casabe, que sustituía al pan en las largas travesías.
Y como era el Día de la Candelaria, se celebró la festividad en la rústica parroquia. Al oficio divino acudieron vecinos, encabezados por las autoridades civiles y militares de la villa, soldados, viajeros que esperaban para continuar su ruta y la marinería que no estaba de servicio. Y al concluir la Santa Misa, los navíos hicieron varios disparos de bombardas (antiguos cañones de gran calibre) en salutación a la Virgen, razón por la cual la fecha pasó a la historia como Fiesta de los Galeones, los primeros festejos que se celebraron en nuestra amada ciudad de Santa María del Puerto del Príncipe, hoy Camagüey.
Boletín Diocesano de Camagüey, Nº 68
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