15 de septiembre de 2011

EL GRITO DE DOLORES




EL GRITO DE DOLORES

Los mexicanos celebran hoy el Día de la Independencia de México, conocido más popularmente como “Grito de Dolores”. Fue un grito de rebeldía  el que profirió el cura Miguel Hidalgo y Costilla en la ciudad de Dolores, Guanajuato, convocando al pueblo en las primeras horas de la mañana del 16 de septiembre de 1810. Este suceso es el que marca el inicio de la lucha por la independencia de México.

Algunas familias se juntan en sus casas para ver por televisión el mensaje oficial del Grito, que da el Presidente de La República utilizando la misma campana que usó el Cura Hidalgo, pues  el evento es transmitido desde el zócalo de la Ciudad de México.

En el centro de cada ciudad la gente se reúne frente al Palacio de Gobierno, y esperan hasta las 11:00 p.m. para dar el Grito junto con el representante del Gobierno de la ciudad; esto se hace gritando "Viva Hidalgo, Viva Morelos, Vivan los héroes de la Independencia, para concluir con un rotundo y triple  “Viva México".  Luego comienzan fuegos artificiales y  una gran fiesta. 

Después del Grito, en muchos lugares hay verbena popular (ferias), donde se comen y venden todos los platillos típicos mexicanos como quesadillas, "gorditas", molotes, mole, tostadas, pozole, chalupas, buñuelos bañados con miel, y muchos otros antojitos mexicanos, acompañados de bebidas mexicanas como el tequila y el pulque. La noche es amenizada por la música de los mariachis y la banda.

 La primera vez que se festejó el Grito de Dolores fue en 1812 en un edificio conocido como El Chapitel, en Huichapan, Hidalgo,  por el general Ignacio López Rayón y Andrés Quintana Roo, que  dieron el grito de Independencia de México.
 
Durante el siglo XIX el Grito fue conmemorado el día 16 de septiembre, pero el presidente Porfirio Díaz  cambió la celebración para la víspera, haciéndola coincidir con su cumpleaños, precisamente el día 15.

Actualmente, la Campana de Dolores se encuentra en la alta cornisa del balcón presidencial del Palacio Nacional. Cada 15 de septiembre  el presidente en turno la hace sonar en conmemoración del aniversario del inicio del proceso independentista mexicano, proclamando vivas a la patria inspiradas lejanamente en las de Hidalgo.    

Fuentes: wikipedia.org
http://www.sanmiguelguide.com
Ilustración: http://azteca21.com

Y SI VAS AL COBRE...





Y si vas al Cobre…

Marlene María Pérez Mateo

Hacia 1929 una de las agrupaciones musicales cubanas más influyentes, el Trío Matamoros, cumplía cinco años de fundado. Era para entonces una entidad joven, haciendo sus pininos que llegarían a ser columnas vitales en el hacer cultural de la nación. Ciro Rodríguez, Rafael Cueto y Miguel Matamoros, sus integrantes, viajaron la isla y el mundo, siendo su líder Miguel Maramoros, un reconocido compositor de piezas de gran calidad. Es el bolero-son la música divina que marcaría la mayor trascendencia del grupo. La fusión suave, melódica, cadenciosa y rítmica de los dos géneros: el bolero y el son, tan subyugante en su lírica como en el acompañamiento.

   Pero, ¿Qué pasaba también por aquellos años? Entre 1926 a 1936 se había convocado una especie de esfuerzo nacional en pro de la construcción de un santuario para La Virgen de La Caridad del Cobre. Toda buena contribución era bienvenida.  Ello no era poca cosa y Don Miguel Matamoros, con su fácil y bello sentido inspirador se sumó a la alegría del pueblo cubano en su loable empeño.

Miguel Matamoros
    Nació entonces un bolero-son bajo el título “Veneración”, canción ésta muy poco conocida bajo su nombre. En realidad todos la llamamos “Y si vas al Cobre”. La autoría  fue obsequiada por el compositor a Noemí, esposa de Cueto, uno de sus compañeros de cuerdas.

    Años después el título se modificó por el de :”La veneración”. Sólo los cuatro versos del estribillo se repiten una y otra vez; sobre todo al final de canciones como “Olvido” del mismo género y autor. Lo cierto es que la letra es más extensa.

 Pues bien mis lectores, si van al Cobre ya saben qué quiero que me traigan.

Marlene María Pérez Mateo
Septiembre 9, 2011
Reseña # 2 de “A los 400 años”   

El Trío Matamoros cantando a la Virgen de la Caridad del Cobre en este vídeo de Youtube:

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EL HOMBRE QUE NUNCA EXISTIÓ



El hombre que nunca existió

Tumba de William Martin en Huelva
A las 7:30 horas del día 30 de abril de 1943, en plena guerra mundial, el pescador portugués  José Antonio Rey María encuentra un cadáver junto a los restos de una balsa neumática, mientras pescaba en la Playa del Portil (Huelva). Atado a su brazo lleva un maletín...

El pescador traslada el cuerpo hacia el puerto, y se informa a las autoridades españolas de la existencia del cadáver. Rápidamente se descubre que se trata de un militar inglés de alta graduación por el uniforme que viste y, la “Abwehr” local (el servicio militar de espionaje de los nazis que por aquel entonces eran aliados de Franco) representada en la provincia de Huelva por Adolf Klauss,   hijo del cónsul alemán en Huelva, tiene conocimiento inmediato de la existencia del cuerpo aparecido muerto, haciéndose con la cartera que éste llevaba.

En la embajada de Alemania en Madrid se examinan y fotografían cada una de las pertenencias, antes de entregarlas intactas a las autoridades británicas. Por la documentación que lleva, al cadáver se le identifica como el Comandante William Martin. 

Entre las pertenencias hay un juego de llaves, una reclamación de su banco por un descubierto en una cuenta bancaria, entradas de teatro recientes, una factura de alojamiento de su club de Londres, cartas de amor a su prometida Pamela... pero lo que realmente llama la atención de los alemanes es la carta dirigida a un General inglés en la que se detallan los planes para invadir Grecia en los meses siguientes por el ejercito aliado en la denominada “Operación Husky”,  y el abandono de invadir Sicilia.
Hitler, ante tal hallazgo decide reforzar Córcega y Cerdeña y envía al Mariscal Rommel hasta Atenas. Los buques patrulleros, minadores y dragaminas asignados a la defensa de Sicilia se mandan a Grecia. Dos divisiones Panzer del frente ruso también se envían, justo en el momento en el que se estaban preparando para atacar a los rusos en la Batalla de Kursk.
El día 10 de julio de 1943 los aliados comienzan a invadir Sicilia sin ningún tipo de oposición acelerándose el avance aliado por Italia.
Los alemanes habían caído en la trampa. Los informes que portaba el cadáver aparecido en la playa del Portil pretendían hacer creer a los alemanes que se invadiría Grecia cuando en realidad se atacaría Sicilia.
Para ello se creó una personalidad falsa. La del comandante William Martin,   que supuestamente viajaría en avión para reunirse con las tropas del Norte de África portando documentación que el servicio de espionaje nazi no dejaría pasar por alto y la aeronave se estrellaría en el mar.
En el submarino “Seraph”  se trasladó al cuerpo dentro de una caja metálica de dos metros, cuyo contenido ficticio se trataba de material óptico con la finalidad de no levantar sospechas entre la propia tripulación. El cadáver se dejó en el agua a las 4:30 horas del día 30 de abril de 1943.
Lo mas difícil de la operación a la que se bautizó con el nombre de “Operación Mincemeat” (“Operación carne picada”) fue la de encontrar un cadáver que pareciera haber muerto de frío por una larga estancia en el mar.
¿Pero cuál era la identidad verdadera del muerto William Martin?  
Su verdadero nombre era Glymdwyr Michael.  Se trataba de un vagabundo de 34 años que fue rechazado del ejercito “por trastornos mentales”, que según unos autores se suicidó tomando matarratas y que según otros murió de neumonía. El forense que realizó la autopsia facilitó su cadáver a los servicios secretos británicos.
En el epitafio de la tumba 14 del sector San Marcos del cementerio de Nuestra señora de la Soledad de Huelva aparece el nombre de William Martín, Comandante de la Marina Inglesa. En el sepulcro se han depositado flores durante todos estos años. Los miembros de una familia de origen inglés residentes en Huelva han sido los autores de ello.


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El amor vive más de lo que da que de lo que recibe.
  - Concepción Arenal (1820-1893) Escritora española 

14 de septiembre de 2011

MOSTRA DE VENECIA 2011: RESEÑA FINAL

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Mostra de Venecia 2011: Reseña Final

 Por Gonzalo Suárez

Se acabó la 68ª edición del festival de cine de Venecia y en la boca queda un regusto extraño. Este año la selección había roto moldes: 23 películas en competición, todas en estreno mundial en el Lido (cuarta vez en cinco años), dirigidas por autores de renombre  como  Roman  Polanski, Steven  Soderbergh, George Clooney, Tomas Alfredson o Steve McQueen. 

La recepción de crítica y público a muchas de ellas fue muy positiva: “Un dios salvaje”, de Roman Polanski,  recibió desde el día de su presentación los elogios de todo el mundo y se perfiló como favorita al León de Oro. Ese favoritismo se trasladó paulatinamente a “Shame”, segundo largometraje de Steve McQueen (ese artista   de nombre equívoco y sagrado), que hasta la ceremonia final fue la candidata predilecta en todas las apuestas. También se esperaba a “The  Ides of March”, película con la que el George Clooney,   más comprometido políticamente esperaba arañar, por fin, alguna estatuilla veneciana.

Sin embargo, la épica irrupción del “Fausto” versionado por el ruso Aleksandr Sokurov dio al traste con los pronósticos y dejó en un mar de incertidumbre tanto al enjambre de cinéfilos que seguía la ceremonia como a todos aquellos que, convencidos de que el plato fuerte ya se había servido ―los cinco directores mencionados anteriormente ya habían presentado sus obras―, abandonaron a mitad del certamen Venecia para cruzar el charco y cubrir la actualidad festivalera desde Toronto. 

Más trágica fue aún la concesión del León de Plata al chino Cai Shangjung  por “People mountain, people sea”, una película que pasó sin pena ni gloria ―y también en los días finales― por la alfombra roja y que dejó fría a una crítica que ―todo hay que decirlo― sí valoró muy positivamente el cierre de la tetralogía sobre figuras del poder de Sokurov (sólo la superaba “Un dios salvaje”).

En cualquier caso, aunque a la mona la vistan de seda, mona se queda, y ni la fáustica obra de Sokurov ni la pausada propuesta de Shangjun conseguirán la proyección internacional que un galardón como el León de Oro puede ofrecer: su naturaleza intelectual o minoritaria lo impide. 

A cambio, será interesante ver cómo se las arreglan las obras de Polanski y McQueen, las favoritas derrotadas ―”The Ides of March”, de Clooney; “El topo”, de Tomas Alfredson, y “Contagion”, de Steven Soderbergh, tienen por sí solas potencial de distribución comercial en todo el mundo―. 

El fracaso de “Shame” podrá esconderse tras la enorme Copa Volpi que alzó Michael Fassbender   como Mejor Actor y tras el Premio FIPRESCI de la Mostra; el de “Un dios salvaje”, tras la buena acogida y lo cómico de su propuesta.

Y como no hay dos sin tres, el Gran Premio del Jurado concedido a “Terraferma”, de Emanuele Crialese,  también provocó la ira de los periodistas que abarrotaban la sala de prensa del Lido de Venecia. Ignoro qué habrá visto el jurado presidido por Darren Aronofsky   en esta obra plana y convencional que aunque trata un tema de rabiosa actualidad e interés indudable ―la inmigración ilegal y las repercusiones sociales que tiene en las pequeñas comunidades mediterráneas que los acogen llevados por la buena voluntad de que carecen las leyes― no destaca por un guión arriesgado o novedoso, una interpretación notable o cualquier otro plano técnico reseñable. 

La producción italiana ―al igual que la francesa― ha fracasado en Venecia, por mucho que se quiera reconocer su valía en el palmarés, donde no está la estadounidense ―fabulosa “Killer Joe”, validísima “Texas killing fields”―, que sí fue vitoreada, por mucho que duela reconocerlo.

Por lo demás, me quedo especialmente con el buen sabor de boca que deja “A simple life”, película de la hongkonesa Ann Hui que le ha valido a su protagonista, Deanie Ip,  el premio a la Mejor Actriz. La cinta entusiasmó a la prensa acreditada “menos especializada” de la Mostra por los maravillosos sentimientos que la historia ―basada en hechos reales― desborda con la misma naturalidad con la que se entregan mutuamente los protagonistas. Prometo crítica.

Todo lo contrario pasa en “Alpis”, del griego Yorgos Lanthimos, que, en la senda de “Canino”, vuelve a ofrecer una propuesta atípica, imaginativa, irónica e irregular que se alzó, a la postre, con el galardón al Mejor Guión. El Premio Técnico fue para la fotografía de “Cumbres borrascosas”, esperadísima y controvertida adaptación de la británica Andrea Arnold ―con guión de Olivia Hetreed― del clásico de Emily Brontë.

En la sección Orizzonti, “Kotoko”, de Shinya Tsukamoto,   se alzó con el máximo galardón, mientras que el inolvidable documental “Whores’ glory”, de Michael Glawogger,  se llevó el Premio del Jurado. “Scialla!”, de Franceso Bruni,   ganó en Controcampo Italiano. “Là-bas”, dirigida por Guido Lombardi,  fue la ganadora del Premio Luigi di Laurentiis a la Mejor Ópera Prima.

Reproducio de http://www.enclavedecine.com

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FRASE DE SABIDURÍA

Los cántaros, cuanto más vacíos, más ruido hacen.

  - Alfonso X el Sabio, Rey de Castilla y León

13 de septiembre de 2011

FRAY MIGUEL ÁNGEL LOREDO o.f.m.

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Fray Miguel Ángel Loredo, o.f.m.

 Con el P. Miguel Ángel Loredo desaparece un testimonio viviente del enfrentamiento de la Iglesia Católica con el régimen de Fidel Castro, un promotor incansable de las libertades democráticas en la isla y un pilar espiritual de la comunidad cubana en el exilio.

«Fue un hombre muy valiente, firme en sus principios y en su fe, que no dejó nunca de levantar su voz para denunciar los horrores que vivió en carne propia en las cárceles de Cuba», recordó Abel Nieves Morales, quien compartió años con Loredo en varias prisiones cubanas. «Todos sus compañeros del presidio político lo vamos a necesitar y extrañar mucho».

Nieves se mantuvo visitando al sacerdote en su lecho de enfermo hasta los últimos días. En una de sus recientes visitas lo escuchó confesar que se apoyaría en su fuerza interior para despedirse, uno a uno, de sus entrañables compañeros de presidio, que fueron “mi vida, mi amor y mi alma”. Ambos se encontraron en el exilio en los años 80, reanudaron esfuerzos y esperanzas por la democratización de Cuba, y viajaron a foros internacionales para denunciar los abusos y las condiciones infrahumanas en el sistema carcelario cubano.

Pasión por el arte

Nacido en La Habana en 1938, Loredo abrazó desde muy joven dos pasiones que acompañarían para siempre su vida: la fe católica y el amor por la pintura. Siendo un adolescente entabló amistad y recibió influencias de prominentes figuras de la plástica cubana como René Portocarrero, Raúl Milián, José María Mijares y Rolando López Dirube, quien por estos años lo acogió en su estudio y fue su maestro.

Cuando triunfó la revolución de 1959, Loredo ya había decidido que sería sacerdote. Su formación teológica se produjo en España, entre 1960 y 1964.

Se ordenó el 19 de julio de 1964 y un mes después regresó a Cuba, justamente en momentos de agrias relaciones entre la Iglesia Católica y el gobierno comunista, que ya había enseñado sus verdaderas intenciones con la expulsión de 131 sacerdotes en 1961.

A su regreso fue designado para asumir su labor pastoral en la Iglesia de San Francisco, en La Habana, y se desempeñó también como párroco de Guanabacoa. Carismático y joven, cautivó las simpatías de los feligreses y provocó la ira gubernamental por sus desafiantes sermones contra el ateísmo, impuesto como doctrina a los cubanos.

No tuvo que esperar mucho para verse en el vórtice de un proceso judicial que lo inculpó por supuesta conspiración contrarrevolucionaria.

En 1966 fue arrestado en la Iglesia de San Francisco. Se le acusó de brindar protección a un prófugo de la justicia, esconder armas y conspirar con la CIA. El sacerdote no admitió nunca su culpabilidad y mantuvo siempre que  el caso fue fabricado por la Seguridad del Estado, con la colaboración de un seminarista bajo chantaje.

Un preso plantado

En NY en 1998
Tras un juicio amañado, Loredo fue condenado a 15 años de cárcel. No se sometió al régimen de reeducación y se declaró como un preso “plantado”, por lo que fue sometido a golpizas, sufrió crueles atropellos y cumplió trabajos forzados en las prisiones de Isla de Pinos, La Cabaña, Guanajay y El Príncipe.

En el presidio organizó misas clandestinas para los presos políticos y realizó numerosas huelgas de hambre en protesta por la condiciones de su confinamiento. En una carta del 11 de junio de 1968, enviada a Monseñor Cesar Sacchi, por entonces representante de la Nunciatura Apostólica en La Habana, escribió: «Me siento orgulloso de participar en esta lucha con miles de hombre de tanto valor y sentido patrio como hay en este presidio cubano. (…) Y también quiero decirles qué siento al ver el olvido en que el Occidente libre nos mantiene, en el silencio de todos, en la indiferencia, mitigada únicamente por las quejas de los seres queridos impotentes».

Por gestiones del Vaticano, Loredo fue liberado el 2 de febrero de 1976.  Se le ordenó que no hablara públicamente ni ofreciera entrevistas de prensa. Pero el gobierno no toleró que se le nombrara como profesor de Teología en el Seminario de San Carlos y San Ambrosio en La Habana, lo que forzó su salida del país con destino a Roma en 1984.

En el exilio no tardó en alzar su voz contra la carencia de libertades en Cuba. En 1987 se radicó en Puerto Rico, donde continuó su labor eclesiástica y comenzó su colaboración con la Comisión de Derechos Humanos de Naciones Unidas, en Ginebra. Ese año su vibrante testimonio figuró en el  documental Nadie escuchaba, de Néstor Almendros y Jorge Ulla.

Posteriormente colaboró con la organización Pax Christi, organización católica que monitorea la situación de los derechos humanos alrededor del mundo.

Prohibida la entrada a Cuba

En 1991, fue trasladado a la Iglesia de San Francisco en Nueva York. A raíz de la visita del Papa Juan Pablo II a Cuba, en 1998, Loredo fue incluido en la lista de clérigos y personalidades religiosas que viajarían desde Estados Unidos. Sin embargo, el gobierno cubano le negó la entrada.

Loredo nunca dejó de pintar y escribir poesía, actividades que consideraba en estrecha comunión con su misión espiritual. Sin embargo, no fue hasta el 2002 que decidió exhibir sus pinturas a una audiencia amplia. Una muestra de 30 óleos suyos fue presentada en la Carol LaPlante Gallery de Nueva York, en conmemoración del primer aniversario de la tragedia del 9/11.

«Para mí pintar es elegir una manera de arreglar una visión personal de la realidad sobre una superficie plana donde se incorporan diversas áreas del espíritu, así como de la memoria y de la profecía», consideraba el sacerdote.

Desde entonces sus cuadros se exhibieron con regularidad en Miami, donde Loredo participó en el Festival Calle Ocho en varias ocasiones.

Su obra creativa incluye el libro de testimonios Después del Silencio, y los poemarios De la Necesidad y del Amor,  Los Súbitos Quebrantos y Uno.

Lo sobrevive en Miami su hermana Silvia Loredo.

La Orden Franciscana en Estados Unidos tendrá a su cargo la realización de las honras fúnebres.  

Una misa en su memoria se efectuará  hoy martes en St. Petersburg antes de trasladar  el cadáver hacia Nueva York, donde será sepultado.

Reproducido de El Nuevo Herald, Miami.



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